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Tras la celebración del concurso Miss Internacional que se llevó a cabo en Tokio, Japón, las críticas destructivas hacia la representante de Venezuela no se hicieron esperar.

 

Michelle Bertolini, quien había figurado como una de las favoritas para llevarse la corona, fue superada por otras candidatas y, a pesar de asegurar que había hecho bien su trabajo, algunos intolerantes la atacaron a través de las redes sociales.

 

La miss, en reacción a los malos comentarios, también se expresó a través de Twitter, diciendo: “¡Me siento contenta y fue una gran experiencia! Las personas que critican supérenlo que yo pasaré la página. Guarden las energías para otras cosas”.

 

Igualmente, algunos usuarios respondieron cosas como: “@michbertolini Guarda las energías para rebajar ¿ok?”, y “eso de «supérenlo» deberías agarrarlo para ti en vez de andar de picada y con semejante inmadurez. Por algo no ganaste…”, “por gorda te sucede eso…”.

 

Estos usuarios dejan ver en sus comentarios no solo el profundo arraigo a los estereotipos dañinos de belleza en la mujer, heredados de la cultura capitalista y consumista en la que sumergieron a Venezuela los grandes intereses extranjeros otrora, sino también la intolerancia ante la pérdida en cualquier tipo de competencia o rivalidad ¿Por qué están difícil aceptar la posición de derrota y esperar que en la próxima oportunidad, lo que se quiere o anhela salga con resultado favorable?

 

No obstante, denigrar o enaltecer a una mujer, o a un ser humano en general, por su condición social, su imagen física, su color de piel, su procedencia, su religión, su peso, alguna limitación física o por cualquier cosa que nos diferencie ¿no es quitarle valor al ser humano, el valor que va mucho más allá de un cuerpo?

 

 Comentarios como “más bien pasamos pena :(”, o “ja ja ja la mediocridad y el auto consuelo NO tienen límites”, “espero y ya estés satisfecha al 100% al dejarnos mundialmente en ridículo…. Tú ni tienes ni tendrás cuerpo de MISS”, siguieron escribiendo los tuiteros en contra de la venezolana, quienes están más interesados en un cuerpo estandarizado que en cualquier otra cosa.

 

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(LaIguana.TV)