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Las organizaciones rabiosamente no gubernamentales (ORNG) han asumido una nueva estrategia para imponer su discurso de que en Venezuela se violan flagrantemente los derechos humanos: afirmar que con Chávez se vivía mejor.

 

Esa aseveración tiene a su favor el gran peso de ser cierta, pero los rabiosos voceros oenegistas no la hacen para honrar la verdad, sino como una forma astuta de “vender” el mismo discurso de la derecha global y local, que puede resumirse en la frase “el modelo socialista fracasó, volvamos al capitalismo”.

 

En la variada fauna opositora, cada grupo (partido, ORNG, gremio, empresa, etcétera) hace esta afirmación según sus propios intereses y estilos. Algunos son frontales y otros se enmascaran detrás de retorcidas argumentaciones y supuestas preocupaciones por los pobres. El discurso es el mismo, pero va mutando, como lo hacen los virus y las bacterias cuando los organismos son vacunados o generan espontáneamente anticuerpos o resistencias.

 

Así vemos como la máxima preocupación de las ORNG defensoras de derechos humanos es que se están perdiendo las conquistas logradas durante los 13 años de gobierno del comandante Chávez, conquistas que esas ORNG jamás reconocieron, sino que, por el contrario, mezquinamente ocultaron o negaron.

 

Mientras el líder fundamental de la Revolución Bolivariana estuvo al mando, las ORNG de derechos humanos ignoraron sus esfuerzos por incluir a las grandes masas populares en los beneficios de la renta petrolera y se sumaron al que era entonces el discurso oficial de la derecha global y local: esto es una dictadura y Chávez es un “milico” (palabra que fue utilizada contra los gorilas del Cono Sur). Algunas de esas ORNG estuvieron directamente involucradas en el derrocamiento de Chávez, el 11 de abril, y en todos los intentos fallidos por revocarlo, tumbarlo o derrotarlo electoralmente que se dieron luego de ese episodio. Es extraño –por decir lo menos- que ahora parezcan apreciar tanto la obra del comandante en beneficio de los desamparados.

 

Los voceros de las organizaciones rabiosamente no gubernamentales se ponen bravos porque desde el lado del Estado venezolano y desde el amplio espectro político del chavismo se les señala como aliados de la derecha. Se declaran ofendidos porque se consideran a sí mismos izquierdistas modernos, sea lo que sea que eso signifique. Tal vez en algunos casos, sus protestas sean justas, pues en esas organizaciones hay mucha gente luchando de buena fe. Sin embargo, es un hecho que ese discurso que supuestamente reconoce los logros de Chávez (para desacreditar al presidente Nicolás Maduro), coincide a la perfección con la estrategia de la derecha global y local. ¿O acaso es coincidencia que las ORNG salten a escena con esas plañideras denuncias cuando el gobierno ha recibido un reconocimiento de la FAO por su empeño en alcanzar las Metas del Milenio en materia de alimentación?

 

 Las organizaciones rabiosamente no gubernamentales acusan un incremento de la pobreza y presentan este fenómeno como si fuese producto exclusivo de políticas erradas o perversas del Estado venezolano. Intencionalmente pasan por alto el componente criminal de la derecha global y local que se ha propuesto doblegar a la mayoría revolucionaria mediante la receta chilena de hacer chillar la economía con escasez y especulación. Queriéndolo o sin querer están al servicio de esa derecha y trabajan para el retorno triunfal del capitalismo salvaje. Tal vez sea eso lo que signifique ser un socialista moderno.

 

(Clodovaldo Hernández)