En este escenario de guerra y conspiración que vive Venezuela, los laboratorios de la derecha no descansan, y como a sus actores no les bastó la lección que les dio el pueblo el pasado 28 de junio, sacan esta carta que tenían guardada bajo la manga: el ataque al glorioso y reconocido Sistema de Orquestas.
Esto no debe ser nuevo, esto debió ser bien preparado y bien pagado.
Un inglés de nombre Geoffrey Baker, desconocido inclusive por Wikipedia (que reconoce un Geoffrey Baker como el General jefe del ejército británico que vivió hasta 1890), escribió un libro en el que ataca al Sistema de Orquesta venezolano. Su nombre original, “El Sistema, Orchestrating Venezuela’s Youth”, cuya traducción es «El Sistema, Orquestando a la Juventud Venezolana».
Según Baker, sus opiniones se basan en investigaciones y entrevistas que realizó dentro de «El Sistema», durante varios meses. Sin embargo, sus supuestos entrevistados exigieron (todos) el anonimato, porque pueden ser “castigados”.
En sus palabras, dice que su creación literaria (porque él es tan bueno) despertará la consciencia de los venezolanos de lo que es realmente «El Sistema», en el que “los valores claves que se adquieren fácilmente son la disciplina, la autocracia, el autoritarismo, la competencia, la cultura de la palanca y la jaladera de bolas, más allá de la meritocracia”. ¿Se les parece a algo esta afirmación?
El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles es una obra social y cultural del Estado venezolano que también es conocido como «El Sistema», y fue concebido y fundado en 1975 por el maestro y músico venezolano, José Antonio Abreu, para sistematizar la instrucción y la práctica colectiva e individual de la música a través de orquestas sinfónicas y coros, como instrumentos de organización social y de desarrollo humanístico.
Este modelo pedagógico, artístico y social, que ha alcanzado relevancia en el mundo entero, constituye el programa de responsabilidad social de mayor impacto en la historia de Venezuela.
Baker es un musicólogo, con maestría en la Royal Academy of Music de su natal Londres, y con diplomas o títulos de la Universidad de Londres del Royal Holloway; ¿por qué no se dedica como el maestro Abreu a hacer música, en vez de escribir este nefasto libro que además trasgrede la responsabilidad social?
Hay que tomar en cuenta la cantidad de niños y jóvenes que se encuentran involucrados en «El Sistema». Si el señor es un investigador serio y no tiene la intención de hacerle daño al gobierno revolucionario, sino lo contrario, ¿por qué no acudió, visto su currículo y títulos reconocidos, a las autoridades venezolanas para hablar sobre el tema? ¿Por qué usa este libro para hacer saber esta «realidad» sin importarle las susceptibilidades si habla tanto de justicia social?
Justicia social es la que hace el Sistema de Orquestas que fue concebido bajo un modelo de inclusión, que construye espacios adecuados para niños, jóvenes y adultos, donde puedan sentirse conectados con todas las manifestaciones creativas.
El señor Baker, realmente, parece llevado más por sentimientos de envidia que por sentimientos de justicia social. Su libro no es la mejor forma de ayudar a «El Sistema», como afirma él: “Le doy la oportunidad a docenas de músicos venezolanos y figuras culturales, la oportunidad de expresar su punto de vista (de forma segura y anónima”, lo cual es algo que no pueden hacer en ninguna otra parte. Mi libro no es sobre un inglés que les dice a los venezolanos sobre El Sistema, es sobre un inglés que eleva un altavoz para que los venezolanos puedan escuchar a otros venezolanos decir la verdad sobre El Sistema”. ¿A qué se les parece esta otra expresión?
Baker valida la matriz que afirma que en Venezuela no hay libertad de expresión, que todos somos presos de este “régimen” chavista. Además, pone en duda el impacto social que ha tenido el Sistema de Orquestas.
El Sistema es calificado en el mundo como el milagro musical venezolano porque son más de 700 mil niños y adolescentes, en su mayoría provenientes de estratos sociales de bajos recursos económicos, quienes están asimilados al estudio de la música y disfrutan del aprendizaje del arte; y a quienes no se les exige la compra de un instrumento porque lo consiguen dentro del mismo sistema.
Entonces el escritor inglés obvia realidades que no le conviene a su interés, compara El Sistema con la BBC de Londres (¿o será un chiste?), dice “monopolio de la música clásica en Venezuela”, y ¿a qué se refiere con esta expresión? ¿Le duele que los venezolanos sepan de este tipo de música que nació en Europa?
Asimismo Baker dice que el maestro Abreu es intolerante hacia las diferencias (de lo mismo acusaron a Chávez).
Ante lo descrito, saque sus conclusiones.
(LaIguana.TV)
