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Incómoda escena debió protagonizar la canciller de Alemania, Angela Merkel, luego de que una jovencita palestina, quien actualmente vive refugiada junto a su familia en Berlín, le expusiera sin pelos en la lengua la terrible realidad de hacinamiento y de abandono que viven actualmente sus compatriotas en el Líbano.

 

La anécdota ocurrió este miércoles 15 de julio tras una visita que hiciera Merkel a una escuela ubicada en Rostock, en el norte de Alemania. La niña, de nombre Reem, quien por cierto está a punto de ser expulsada junto a los suyos de dicho país de vuelta al Líbano, aprovechó el acto en honor a la líder cristianodemócrata, titulado irónicamente «Vivir en Alemania», para tomar el micrófono y narrar su dura experiencia.

 

«Me gustaría estudiar, es un deseo y un objetivo que realmente quisiera cumplir. Es difícil ver que otros realmente pueden disfrutar de sus vidas y tú no puedes disfrutar con ellos», expresó la niña en perfecto alemán y con gesto enternecedor.

 

La canciller, aunque algo fuera de lugar y vacilante, con su típico tono frío y poco simpático, casi inmediatamente le respondió: «Lo entiendo, y al mismo tiempo… A veces la política es dura».

 

Para colmo del cinismo, la señora agregó: «Eres una persona increíblemente agradable, pero sabes que en los campos de refugiados palestinos en el Líbano hay aún miles de miles de personas. Y si dijéramos ‘pueden venir todos, pueden venir todos de África’. Eso es algo que tampoco podemos lograr».

 

No había terminado de pronunciar Merkel estas indolentes palabras, cuando la niña rompió en llanto. La dama pretendió solucionar entonces aquel quiebre emocional con un frívolo y «maternal»: «¡Ay vamos, lo has hecho estupendamente!». «Señora canciller, no creo que se trate de hacerlo bien, sino de que es una situación muy difícil», intervino con mucho tino el animador del evento.

 

«Sé que es una situación difícil, por eso quiero acariciarla, porque no queremos llevarlos a esta situación y porque expresaste en nombre de muchos otros a qué situación se puede llegar», comentó Angela, acariciando a Reem, pretendiendo lavarse la cara y librarse de toda la indolencia y de la omisión que la incrimina.

 

Ante dicho acontecimiento, las críticas a nivel mundial no se hicieron esperar. El video sobre lo ocurrido se volvió viral en las redes sociales, circulando junto a la etiqueta #merkelstreichelt (Merkel acaricia). Los señalamientos contra la canciller llovieron, tildando su actitud de indolente y vergonzosa. Estas son apenas algunas de las reacciones de los usuarios de Twitter:

 

@Indiesalatrena tuiteó: «Cuando se desplome un turista alemán de un ataque al corazón en las Ramblas actuad como Merkel: abrazadle y hacedle comprender que va a morir».

 

Por su parte el usuario @SergioFloresRon escribió: «Creí que mi nivel de asco había tocado techo, hoy esto lo ha superado: #Merkel hace llorar a una niña palestina».

 

@cbcvioleta a través de un mensaje muy atinado dijo lo siguiente: «Mala gente que camina, y va apestando la tierra. #Merkel demuestra frialdad, crueldad y cero empatía».

 

«Ascaso de personaje la muy tipa», puntualizó por otro lado @manuelteher.

 

«Su imagen, después de lo de Grecia, está tocada. Pero si piensan que con gestos así mejora, es que no han entendido nada», comentó el usuario @rosvalarg.

 

Bien merecido se lo tiene la Merkel. La «mujer más poderosa del mundo» pretende solventar con una caricia lo que necesariamente debe ser abordado con respeto, con compromiso, con acciones más efectivas, con entereza y, sobre todo, con humanidad y con seriedad. ¡Faltó que le regalara una flor!

 

(LaIguana.TV)