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El presidente Enrique Peña Nieto llegó este viernes a un México indignado por la fuga del poderoso capo Joaquín «El Chapo» Guzmán y que le exige medidas contundentes para restaurar la dañada credibilidad de su gobierno.

 

El escándalo internacional por la segunda huida de «El Chapo» de un penal de máxima seguridad encontró al presidente volando el pasado sábado hacia París.

 

Ávido de captar inversiones ante una economía que crece menos de lo esperado, Peña Nieto decidió mantener esta visita de cinco días, aún consciente de que a su vuelta le esperaba una auténtica tormenta política.

 

«El problema de la fuga no es que la inseguridad pueda crecer sino el problema político que generó. El presidente tiene prácticamente la obligación de salir públicamente y decir qué va a cambiar», dijo a la AFP Roy Campos, presidente de la encuestadora Consulta Mitofsky.

 

Hace mea culpa

 

Peña Nieto afirmó hoy que el Gobierno mexicano asume su responsabilidad en la fuga del narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera de un penal de máxima seguridad hace seis días y recalcó que entiende y comparte la «frustración» de la sociedad mexicana.

 

«El Gobierno de la República no ha evadido su responsabilidad, asume plenamente la tarea que implicaba mantener plena vigilancia sobre este delincuente», afirmó Peña Nieto, para quien la única forma de revertir ese «agravio» a México es recapturando al jefe del cartel de Sinaloa.

(ÚN / AFP / EFE)