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El pasado jueves 7 de agosto, el cuerpo desmembrado de una mujer dejado en el interior de un auto marca Mazda en Caracas, conmocionó la opinión pública, que en el transcurrir de las horas y las investigaciones vieron acrecentadas la inquietud, al saberse que Liana Hergueta de 53 años había sido violada, asesinada y desmembrada por tres activistas y dirigentes políticos de la ultraderecha venezolana; a saber, Carlos Trejo, José Pérez Venta y Samuel Angulo.

El abominable hecho refiere en lo inmediato a algunas crónicas de asesinatos brutales, cuyos ejecutores fueron calificados por la prensa nacional como «monstruos», como en los 80 fue el asesinato de tres jóvenes en el barrio San Pablito en Caracas, crimen cometido por el exagente de la Policía Metropolitana, Argenis Ledezma, de quien la prensa de ese entonces calificó como «El Monstruo de Mamera».

 

Cabe la pregunta de cuál es el trato que los medios dan en la actualidad a los asesinatos de tamaño grado de bestialidad como el ejecutado por Trejo y Pérez Venta, ambos firmes activistas de los partidos Primero Justicia, Alianza para un Bravo Pueblo y Voluntad Popular, dirigidos por Julio Borges, Antonio Ledezma y Leopoldo López, respectivamente.

 

Si el crimen de Hergueta hubiese sido cometido igualmente en cualquier otro lugar de Venezuela; en una barriada, o sin la carga de significado político que tienen Pérez Venta y Trejo, de seguro ya la prensa de la derecha hubiese dado un trato distinto, como en la actualidad dan a Adolfredo Ramos «El monstruo del modelaje», señalado de violar a decenas de niñas en una academia para modelos:

«El monstruo del modelaje enfrenta 16 denuncias por abuso de menores», titula el diario El Nacional, en fecha 17 de agosto.

 

Otro tanto hace el medio digital de Alfredo Federico Ravell, «La Patilla»: «Adolfredo ‘el monstruo del modelaje’ que engañó La Guajira», titularon en fecha misma del 17 en su portal web.

 

Trato radicalmente opuesto cuando se refieren a los confesos asesinos y descuartizadores: Carlos Trejo y José Pérez Venta; como se puede observar en una sencilla búsqueda en Google y que arroja títulos como los que siguen:

 

«La entrevista que según el gobierno vinculan a Pérez Venta con la oposición», El Nacional, 17 de de agosto.

 

«La ruta de José Pérez Venta: Acólito de Chávez, dirigente opositor, patriota cooperante y asesino», titula Nt24, sacando además una conexión por demás inverosimil y rebuscada como la de Hugo Chávez y Pérez Venta.

 

Nótese el trato y la diferencia, de cómo mencionan a los asesinos de Hergueta con nombre y apellidos, sin ningún calificativo que los vincule al asesinato, como sí puede verse en el trato que dan a Adolfredo Ramos.

 

Más significativo aún cuando le quitan la carga semántica de «descuartizadores» y la colocan en la víctima, es decir ellos, Pérez Venta y Trejo, no son los «desmembradores» pero ella (Liana Hergueta) sí es la desmembrada, como se puede ver a continuación en el siguiente titular del diario El Universal:

«Vinculan a ex general Antonio Rivero con asesino de mujer desmembrada», señalan en nota publicada el pasado 16 de agosto.

El propósito en la manipulación de estos medios de derecha, está claro: quieren evitar la conexión de los asesinos Carlos Trejo y José Pérez Venta con los partidos políticos de la dirigencia de ultraderecha que apoyan y en la cual militaban los «descuartizadores» junto a los dirigentes: Leopoldo López, Lilian Tintori, Carlos Ocariz, Henrique Capriles, entre otros.

 

Pero las investigaciones avanzan y cada día, surgen datos, nombres y más conexiones políticas, económicas de estos asesinos con la dirigencia opositora de Venezuela.

 

Ante el panorama «monstruoso» y criminal de la dirigencia opositora, saque usted sus propias conclusiones.

 

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(LaIguana.TV)