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Los conflictos entre la Venezuela Revolucionaria y la República de Colombia no son nuevos. Desde la llegada al poder del presidente Hugo Rafael Chávez Frías en 1999, muchos han sido los impases y también las medidas poco amigables que los gobiernos del hermano país han tomado y han promovido en perjuicio de la paz de nuestro pueblo.

 

Todo comenzó con el apoyo brindado por parte del exjefe de Estado neogranadino, Álvaro Uribe Vélez, a las distintas conjuras oligarcas que se sucedieron a partir del año 2002; luego continuó la insidia con la instalación en 2009 de 7 bases militares gringas en territorio vecino. En el presente la situación no ha cambiado mucho. Claro signo de ello es el incremento del contrabando de extracción, del narcotráfico y del paramilitarismo en áreas sensibles y ante los ojos indiferentes de las autoridades colombianas.

 

En tal sentido, la actual tensión en la frontera tachirense, tras el cierre decretado el pasado miércoles 18 de agosto por el presidente de la República, Nicolás Maduro, no es sino otro síntoma, o mejor dicho, la necesaria manifestación de una exigencia de soberanía y de respeto que debe hacerse, ante toda instancia y por todos los medios, sin demoras y sin cortapisas. La verdad y la dignidad de nuestra patria deben imponerse sin importar las campañas y las manipulaciones mediáticas, mucho menos los lloriqueos de la derecha nacional e internacional.

 

A continuación, y para ilustras mejor cada recoveco, giro y altibajo que han experimentado las relaciones entre Venezuela y Colombia, se presenta una breve cronología sobre sus conflictos diplomáticos más candentes:

 

Año 2000: Bajo la presidencia de Andrés Pastrana y en alianza con los Estados Unidos, el gobierno del hermano país implementa el denominado «Plan Colombia». Se trata este de una política militar contrainsurgente y anticomunista cuyo financiamiento diario es de 1,5 millones de dólares. Con la llegada al poder de Hugo Chávez en Venezuela, para hacer contrapeso, se instaló en Colombia este mecanismo criminal y antirrevolucionario.

 

Año 2002: Bajo la presidencia del recién electo Álvaro Uribe Vélez, el gobierno colombiano apoya disimuladamente (a veces no tanto) cada patraña fascista orquestada por la burguesía criolla contra Hugo Chávez.

 

Año 2004: El presidente Uribe acusa sin pruebas al Comandante Chávez de prestar ayuda y de ocultar a líderes de la guerrilla colombiana en Venezuela. En diciembre de ese mismo año es capturado, por parte de un comando colombiano que ingresó sin permiso a nuestro territorio, el Jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), Rodrigo Granda. Chávez y Uribe, tras esta violación clara a nuestra soberanía, deciden retirar a sus respectivos embajadores.

 

Año 2005: A principios de año Hugo Chávez anuncia la ruptura de relaciones comerciales con Colombia. El jefe de Estado venezolano asegura que Rodrigo Granda fue secuestrado por la milicia colombiana en la ciudad de Caracas, hecho que constituye, como ya se indicó, la violación de la soberanía venezolana y la violación también de acuerdos internacionales. Álvaro Uribe, después de esto, suspende la mediación de Hugo Chávez en la liberación de ciudadanos secuestrados por las Farc.

 

Año 2008: En marzo de ese año, Colombia incursiona militarmente en territorio ecuatoriano. En dicho operativo es abatido el líder guerrillero Raúl Reyes. Venezuela, ante este acto guerrerista y violatorio, retira su personal diplomático de su embajada en Colombia. El presidente Hugo Chávez moviliza tanques militares y diez batallones de la Fuerza Armada a la frontera venezolano-colombiana. Las relaciones, a pesar de la gravedad del asunto, se reactivan en junio.

 

Año 2009: Uribe, en julio de ese año, pacta con los Estados Unidos la instalación de 7 bases militares en territorio colombiano. Chávez congela las relaciones comerciales con el hermano país y llama de vuelta a Caracas a su embajador en Colombia, Gustavo Márquez. El acuerdo de Colombia con EE.UU. es considerado por el gobierno venezolano como una amenaza de guerra. Chávez, cabe destacar, ese año compra un sistema de misiles antiaéreos a Rusia. Paramilitares colombianos ingresan a Venezuela y masacran a habitantes del estado Táchira.

 

Año 2010: El gobierno saliente de Colombia denuncia la supuesta presencia de la guerrilla en territorio venezolano. El nuevo presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, no obstante, normaliza las relaciones con su par venezolano, Hugo Chávez, y se reúne con este en la ciudad de Santa Marta. Las relaciones bilaterales entran así en un período de aparente calma.

 

Año 2014: El nuevo presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, decreta el cierre temporal (un día) de la frontera venezolano-colombiana, ello para combatir el contrabando de extracción que ha arreciado desde su llegada al poder en 2013.

 

Año 2015: Luego de que tres funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana resultaran heridos por parte de grupos paramilitares, el presidente Nicolás Maduro ordena el cierre temporal y luego indefinido de la frontera con Colombia. Se decreta el Estado de Excepción en varios municipios del estado Táchira con el objetivo de combatir el contrabando de extracción, el hampa paramilitarizada y el narcotráfico. El gobierno del vecino país evade sus responsabilidades e intenta desviar el foco de atención acusando al gobierno de Venezuela de violar los derechos humanos de los colombianos que viven en la frontera.

 

(LaIguana.TV)