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Ante la campaña mediática contra la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, el exmandatario, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró que “volverá de nuevo a la política” para silenciar a sus adversarios como candidato a la presidencia en las elecciones de 2018.

 

Durante su intervención en el seminario organizado por el municipio de Sao Bernando, en Sao Paulo (sureste), Lula da Silva bromeó tras anunciar su deseo de postularse a la presidencia con la frase: «Ahora sí voy a molestar», en alusión a los críticos del gobierno de izquierda que dirige Rousseff.

 

«Voy a ver si le dan un poco de paz para nuestra querida Dilma y me molestan. Estoy en esa etapa de la que está se esperando el día de la jubilación. Pero la gente no me deja en paz. Los opositores, todos los días, dicen mi nombre «, expresó el expresidente brasileño, en el evento donde también participó el exjefe de Estado de Uruguay y actual senador del país, José Mujica.

 

Lula da Silva sentenció, por otro lado, que su candidatura demostrará a la oposición que el Partido de los Trabajadores (PT) aún tiene fuerza política para continuar con los proyectos de inclusión social que lleva a cabo la mandataria brasileña.

 

“Puede ser que alguien tenga razón en algunas críticas. ¿Pero de dónde viene ese odio? Nosotros salimos a la calle siempre en busca de conquistar cosas para mejorar la vida de la gente. Y creo que esas personas (opositoras) están saliendo para deshacer las mejoras que conquistamos”, apuntó el exgobernante de 69 años, que dejó el poder en 2010 con 80 por ciento de popularidad.

 

En Contexto

 

Desde que Rousseff inició su segundo mandato en enero de este año, la derecha nacional quiere demeritar las políticas económicas promovidas por su Gobierno en pos de un mejor país.

 

La mandataria ha insistido en el diálogo con todos los sectores brasileños para buscar soluciones al descenso económico que enfrenta la nación. No obstante, la oposición ha preferido protestar y exigir la salida de la Presidenta, lo cual fue calificado de intento de golpe de Estado por movimientos sociales que han aceptado presentar y discutir sus propuestas al Ejecutivo.

 

Por su parte, el PT ha sido implicado por la derecha en casos corrupción que Rousseff investiga, a fin de esclarecer la participación de cada señalado en actividades ilícitas realizadas en instituciones públicas o administradas por el Estado como Petróleo Brasileiro S.A (Petrobras).

 

En esos presuntos hechos se ha querido involucrar tanto a Lula como a Rousseff. Ésta última fue acusada por su adversario en las pasadas elecciones, Aécio Neves, – sin pruebas – y pidió un juicio contra la mandataria brasileña, pese a que admitió que no tenía cómo confirmar su acusación.

 

Lula da Silva fue acusado por el diaro O Estado de Sao Paulo de formar parte de una red de corrupción que operaba en el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bandes) para favorecer créditos a la constructora Odebrecht en Brasil.

 

(teleSUR)