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Japón aprobó hoy la más polémica e importante reforma militar desde la II Guerra Mundial, una medida que da más competencias a sus tropas y que ha dividido a la sociedad nipona, parte de la cual cree que pone fin al pacifismo que defiende la Constitución.

 

La coalición gobernante, formada por el conservador Partido Liberal Demócrata (PLD) del primer ministro Shinzo Abe y el budista Nuevo Komeito, aprobó por mayoría en la Cámara Alta, de madrugada, la revisión de diez leyes y la promulgación de otra nueva.

 

En su conjunto, este paquete normativo dotará a las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército japonés) de más peso en el escenario internacional.

 

Les permitirá, por ejemplo, defender a aliados y prestarles apoyo logístico si son atacados y participar en operaciones de seguridad de la ONU y aquellas destinadas a asegurar rutas marítimas o a liberar ciudadanos japoneses secuestrados en el extranjero.

 

La Carta Magna auspiciada por la ocupación estadounidense tras la II Guerra Mundial establece en su artículo 9 que Japón solo puede usar la fuerza para defenderse, lo que hasta ahora impedía el envío de tropas a combatir fuera de su territorio.

 

No obstante, el Gabinete de Abe aprobó el año pasado una reinterpretación del artículo de cara a englobar el concepto de “autodefensa colectiva” en el mismo y poder promulgar la nueva legislación, un atajo que evitó el engorroso y largo trámite para modificar la Carta Magna nipona, que nunca se ha enmendado.

 

Según muestran las encuestas y las manifestaciones masivas que se han sucedido ante el Parlamento en las últimas semanas, más de la mitad de los japoneses rechaza este nuevo papel del Ejército.

 

Parte considera que el Gobierno de Abe no ha explicado en profundidad el contenido y las motivaciones detrás de la reforma, mientras que otros, incluidos expertos nipones en derecho constitucional, consideran que vulnera y echa por tierra el pacifismo plasmado en el artículo 9.

 

La oposición, encabezada por el Partido Democrático (PD), acusa además al primer ministro de evitar buscar cualquier consenso para una enmienda de semejante calado y de no haber permitido un debate en profundidad sobre la materia.

 

Por su parte, Abe ha defendido la necesidad de aprobar este cambio para hacer frente a un panorama regional en el que China gana cada vez más peso militar y Corea del Norte sigue adelante con su programa nuclear y de misiles.

 

A su vez, ha asegurado que Japón no enviará tropas para realizar ataques preventivos o que se abstendrá de prestar apoyo logístico a la coalición internacional que combate al grupo yihadista Estado Islámico (EI).

 

“Esta reforma servirá para prevenir guerras y es necesaria para proteger la vida del pueblo nipón, al que le seguiré explicando con calma y detalle su contenido”, dijo el jefe de Gobierno al término de la sesión plenaria en la que se aprobó su iniciativa.

 

La votación se extendió hasta pasada la medianoche (hora local) y llegó tras dos días de áspera tramitación que depararon varias trifulcas entre parlamentarios, una imagen nada común en el país asiático.

 

A su vez, miles de manifestantes -hoy fueron unos 40.000, según los organizadores- se han dado cita a diario esta semana ante el Parlamento para protestar por la tramitación de las leyes.

 

 

(EFE)