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La ruta continúa este miércoles. Una reunión entre los ministros de Colombia y Venezuela en Caracas es el segundo paso, tras la vuelta de los embajadores a las sedes diplomáticas respectivas, en la ruta para el restablecimiento progresivo de la normalidad en la frontera y el relanzamiento de las relaciones «como deben ser, basadas en la cooperación, respeto y el enfrentamiento común de los problemas que tenemos», en las palabras que pronunciara el lunes el Presidente Nicolás Maduro en Quito.

 

Miraflores y Bogotá signaron en la capital ecuatoriana un acuerdo de siete puntos que incluyen, además del retorno pleno de las misiones diplomáticas, el impulso progresivo de la normalización de la frontera, la promoción de una coexistencia armónica entre los modelos económicos, políticos y sociales de cada país, así como un llamado a la hermandad y la unidad.

 

Ambos gobiernos también se comprometieron a realizar una investigación de la situación de la frontera colombo-venezolana, con el acompañamiento de las delegaciones de Ecuador y Uruguay, países promotores del diálogo y representantes protémpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), respectivamente.

 

«Gracias por el diálogo que hemos tenido y espero que con el cronograma que hemos acordado, podamos ir atendiendo todos los problemas uno por uno, con acompañamiento de Ecuador, Uruguay, todos los asuntos que están por despejar para el beneficio de nuestro pueblo, de la frontera y mas allá, y en beneficio de la región suramericana que tiene que ser de diálogo, de paz, de convivencia, de hermandad, de coexistencia, gracias presidentes», dijo Maduro la noche del lunes.

 

Santos, por su parte, declaró: «Yo entiendo perfectamente la preocupación del gobierno de Venezuela con las bandas criminales, con las mafias que están incrustadas en la frontera, que aprovechan de las diferencias para cometer sus delitos. Nosotros también estamos también interesados en combatir esa mafias (…) También el tema del narcotráfico es un tema que nos obliga a trabajar juntos».

 

Para avanzar en este particular, los gabinetes de ambos países se reunirán este miércoles. En declaraciones reseñadas este martes por el diario colombiano El Tiempo, la canciller neogranadina María Ángela Holguín adelantó que los temas principales son el combate a la violencia y el contrabando en la costura común de 2.119 kilómetros que une a ambos países.

 

«La agenda se centrará en los temas que siguen pendientes: contrabando desde el punto de vista técnico como operativo, la lucha común contra el contrabando, contra las organizaciones criminales y cómo combatirlas conjuntamente, y los temas cambiarios en la frontera», sostuvo la ministra de exteriores.

 

Holguín adelantó que «la idea es que los ministros de las áreas sensibles se reúnan y se pueda avanzar en los temas que han complicado la situación en la frontera. Esto puede ser a corto y a mediano plazo».

 

Este lunes, en Quito, la delegación ministerial venezolana estuvo compuesta por la canciller Delcy Rodríguez, el Vicepresidente del Área Económica, Rodolfo Marco Torres, y del titular de la cartera de Petróleo y Minería y presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Eulogio del Pindo.

 

La presencia de ministros que manejan el área económica y energética era comprensible. Venezuela produce un promedio diario de 350.000 barriles de combustible. De acuerdo a las cifras del ministerio de Petróleo y Minería, reconocidas por las autoridades colombianas, por la frontera se contrabandeaban alrededor de 100.000 barriles de gasolina y diesel cada jornada. Es decir, 35% de la producción nacional.

 

Además del combustible, hacia Colombia también se desvían toneladas de productos que el Estado venezolano subsidia para garantizar la alimentación de sus habitantes. 

 

La Federeción Nacional de Comerciantes (Fenalco), citada por el diario El Colombiano, reconoce que por lo menos 12.000 personas viven en Cúcuta surtiendo tiendas con productos de contrabando y que «cerca del 90% de la población de la región consume esta clase de productos».

 

La extracción de esos productos se realiza, generalmente, a través de pasos ilegales. La situación se agrava con la existencia de leyes en Colombia que legalizan el contrabando de combustible y, además, promueven la especulación financiera contra la moneda venezolana en las casas de bolsa que operan del lado colombiano. 

 

Esta situación no es ignorada por Bogotá. Holguín, quien en días recientes reconoció que Colombia debe reducir su dependencia económica de Venezuela en la zona limítrofe, consideró que tras la reunión en Quito, queda en ciernes el reto de «mejorarle la calidad de vida a los habitantes de la frontera. No puede haber zonas donde la delincuencia, el contrabando, el narcotráfico y la inseguridad reinen».

 

La agenda era previsible. El pasado 19 de agosto, tras un ataque del paramilitarismo colombiano en el que resultaron heridos tres efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), Venezuela tomó acciones soberanas en el estado Táchira, medidas que posteriormente fueron extendidas a otras entidades limítrofes con Colombia como Zulia y Apure.

 

La propuesta de Caracas fue acordar por la vía del diálogo bilateral un plan conjunto con Bogotá, para combatir la violencia y el contrabando de extracción, así como buscar acciones para erradicar el ataque económico que se perpetra contra el bolívar. Sin embargo, las autoridades colombianas se negaron a asumir el diálogo propuesto por Venezuela. No fue hasta la mediación de Ecuador y Uruguay que se consolidó la fecha y el lugar para el encuentro entre los presidentes de Venezuela y Colombia.

 

Al término del encuentro, que se postergó por más de cuatro horas en el Palacio de Carondelet, el mandatario ecuatoriano Rafael Correa mostró su satisfacción por la voluntad política de Santos y Maduro para superar los problemas en frontera, mientras el presidente de Uruguay, Tabaré Vásquez, ponderó positivamente los acuerdos alcanzados.

 

«Nos vamos reconfortados del trabajo y la reunión que mantuvimos en la tarde de hoy en la que hemos logrado metas objetivos muy importantes».

 

El mandatario uruguayo consideró que la superación del impasse entre Miraflores y Nariño, no sólo beneficia a los pueblos hermanos sino «a todos los países que integramos la Unasur».

 

(AVN)

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