Le esperaban en la conferencia de prensa oficial toda la prensa internacional, su trofeo, como tercer clasificado de la carrera, y su casco, que siempre figura en una especie de percha para los invitados a la fiesta del campeón. Pero él, el líder del Mundial Valentino Rossi, que había provocado la caída de Márquez tras un inicio de carrera de infarto, no apareció. Había estado un buen rato dando sus razones en la oficina de Dirección de carrera, negando la mayor, y decidió tomarse su tiempo para dar más explicaciones. Más de una hora después se decidió a comparecer ante los micrófonos. Y siguió con la teoría de la conspiración que había lanzado el jueves por la tarde, esa que defiende que su rival por el título, Jorge Lorenzo, y el piloto de Honda Marc Márquez están compinchados para que el ganador de MotoGP sea el primero.

 

“Se ha confirmado lo que dije, lo hice porque pensé que así Marc prestaría más atención en la pista, pero ha sido al contrario. Yo no he querido hacerle caer, ha sido él quien me ha tocado a mí, además se puede ver que cuando saco el pie de la estribera él ya está prácticamente en el suelo. Una MotoGP no cae por una patada. Sólo quería darle un toque de atención, molestarle, sacarle de la trayectoria, decirle: ‘por favor, qué estás haciendo?”, afirmó. La sanción que le impuso Dirección de carrera (tres puntos en el carnet, lo que le obligará a salir último en el GP de Valencia) es, según el infractor, “casi definitiva”. Lo que le llevó a declarar que la batalla la había ganado Márquez, curiosamente el piloto que había terminado en el suelo por su culpa: “Él ha decidido el campeonato, estoy decepcionado. El título ahora está muy difícil, casi imposible”, opinó, pues entiende que el español se esforzó por estorbarle durante toda la carrera y solo quiso hacerle perder puntos respecto a Lorenzo.

 

Sus palabras dejaron boquiabierto a Márquez, casi tanto como su acción en la pista: “No sabía qué hacer en aquel momento, estaba quieto y me ha dado una patada. Estos incidentes demuestran que uno está fuera de control, sea Valentino el que lo haga o sea cualquier otro piloto”, apuntaba el piloto de Honda, el rostro serio, tan enfadado por cómo se produjo su retirada como por verse en medio de semejante pelea barriobajera. Se negó a reproducir las palabras que habían cruzado en Dirección de carrera, allí donde ya se encontraron tras la prueba de Argentina, donde también acabó por tierra tras un toque con el italiano. Tampoco Rossi quiso desvelarlas, aunque fue algo más allá: “Le dije lo que pienso de él”, afirmó, pero no quiso especificar qué es lo que piensa. “Creo que esta batalla no puede ir más allá, llegar hasta el punto de tirar a otro con una patada ya es ir demasiado lejos”, señaló Márquez.

 

Una sanción que sabe a poco

Solo Rossi, el afectado, sintió que la sanción que se le impuso era demasiado dura. “Yo lo que sé es que mientras yo estaba en el box, afortunadamente bien físicamente, él estaba aún rodando en pista”, indicaba el de Honda. También lo tenía claro Lorenzo: “Lo justo hoy, ya que ha hecho caer a Marc y no ha podido sumar ningún punto sería sancionarlo con cero puntos igual que Marc, o imponerle un paso obligado por el pit lane o una bandera negra”. El mallorquín, que declaró sentirse “asqueado con la decisión de Dirección de carrera” fue también muy duro con la acción de su compañero de equipo: “Lo de hoy es indefendible. Pase lo que pase en las anteriores vueltas, en los anteriores adelantamientos, que tengo entendido que han sido limpios, porque no ha habido toques, no puede hacer lo que ha hecho hoy. En una curva en la que se frena inclinado, levantar la moto completamente, mirarle, tocarle y sacarle la pierna… eso no lo he visto nunca en mi vida”.

 

(elpais.com)

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