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Desde Palestina, una misiva cargada de amor revolucionario fue enviada al pueblo venezolano. Ese amor patrio que hermana países y pueblos más allá de las fronteras geográficas.

 

Tal es la carta que Valeria Cortés envió recientemente a Venezuela, exhortando  al pueblo venezolano a defender el proceso político que se ha caracterizado por ser expresión del amor.

 

“Amor… ese amor hermoso que ya intuíamos pero que aprendimos, que vivimos plenamente con nuestro Comandante Chávez, ese amor que supera las fronteras que nos dividen, el amor que nos une y nos salva”, definió hermosamente Cortés.

 

A continuación el texto íntegro:

 

Empiezo estas breves líneas con la única palabra que, para mí, define y contiene íntegramente a la Revolución Bolivariana: Amor.

 

Amor por los pobres de esta tierra, amor por los pueblos que luchan, que vencen o se desangran, amor por los niños -todos nuestros niños- más allá de cualquier frontera: los chamos sonrientes que reciben su Canaimita en la República Bolivariana de Venezuela pero también los chamitos palestinos destrozados por las bombas del imperialismo…

 

Amor por las madres del barrio, sean de Caracas o Gaza, esas madres luchadoras, amalgama de ternura y fortaleza, las que en los Campamentos de Pioneros en Venezuela construyen sus casas con sus propias manos y también las madres que en Palestina enfrentan a las fuerzas de ocupación sobre los escombros de sus hogares, con una piedra en las manos…

 

Amor por nuestros jóvenes, vanguardia de resistencia -todos nuestros jóvenes- los que estudian gratuitamente en las universidades de una Venezuela libre y los que, en las calles de la Palestina ocupada, son ejecutados a sangre fría por los invasores sionistas. 

 

Amor… ese amor hermoso que ya intuíamos pero que aprendimos, que vivimos plenamente con nuestro Comandante Chávez, ese amor que supera las fronteras que nos dividen, el amor que nos une y nos salva. 

 

Por todo esto, y en nombre de ese amor, desde las ruinas de Gaza les pido de corazón que defiendan a la Revolución Bolivariana, que la defiendan con su voz, con su acción, con su voto. Que la defiendan como defenderíamos a una pequeña hija nuestra, a una niña venezolana, a una niña palestina… Porque de hecho es así: Defender a la Revolución Bolivariana es defender también a Palestina, es tomar partido por los débiles, es dar un paso al frente en solidaridad con los olvidados, los marginados, los masacrados. Aquí en Gaza nuestros hermanos palestinos saben muy bien de qué hablo, por eso cuando digo “Venezuela” me responden con un eco de agradecimiento y admiración: “Chávez”… Sí, Chávez y Venezuela, indivisibles, invencibles, inolvidables. 

 

Amor con amor se paga… por Venezuela, por Palestina, por nuestros niños, por todos nuestros amores, vamos a defender, unidos e irreductibles, a la Revolución Bolivariana, ejemplo de dignidad y resistencia para los pueblos que luchan.

 

No dejemos caer nuestras banderas, sigamos juntos siempre…Venezuela y Palestina, Amor y Resistencia, Venceremos!

 

(LaIguana.TV)