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Al escritor Leonardo Padrón, tras pasearse los últimos años por la calle de la intolerancia y vivir criticando al Gobierno y al pueblo chavista, le tocó recibir una cucharada de su propia medicina y probar los ataques de grupos opositores, quienes le dieron hasta con el tobo en las redes sociales por criticar una guarimba que terminó acabando con el acto de clausura de la Feria del Libro, organizada en Altamira en días pasados.

En un nuevo escrito, publicado por este furibundo opositor al proceso revolucionario, pretende escurrir el bulto diciendo que todo el país está enfermo, y que la crítica hecha por él sólo apuntaba a que con la supuesta protesta lo único que habían logrado, los dizque estudiantes, era llamar a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) tildándola en su seudo reflexión de “represora”, con el fin de desprestigiar a aquellos que tienen como objetivo cumplir con sus funciones de preservar el orden público.

 

Asimismo, Padrón reconoció que la marcha convocada por la derecha radical fue «poco exitosa, desembocó en la clausura precipitada del Festival y en el unánime malestar de editores, escritores, lectores y paseantes. Un clima de autogol inundó el aire».

 

Evidentemente, Padrón sangra por la herida, pues nunca esperó que los y las cómplices de sus ideas lo atacaran de la forma como lo hicieron; lo cual explica en estos términos: «Furiosos tuiteros de la resistencia extrema, apostados bajo seudónimos, intentaron una masacre cibernética contra gente que, en rigor, convive con ellos en el mismo lado de la decepción que es hoy este país”.

 

Además, el escritor de telenovelas, dejó entrever que lanzó sus críticas dado que él tenía pautada una participación estelar en la mencionada Feria, y, obviamente, eso le generaría dividendos en lo económico, más allá de lo político; en vez de asumir su barranco y decir que sí le molestó la supuesta protesta, que en realidad fue una pretensión guarimbera, prefiere venirse con un tono más bajo y tomando el papel de víctima estelar, de una novela que sólo él conoce.

 

En ese sentido, Leonardo Padrón ha sentido en carne propia lo que por largo tiempo ha azuzado, es decir, la intolerancia entre ciudadanas y ciudadanos por sus ideas políticas. ¡Que mal rato le hicieron pasar los jóvenes que tanto ha defendido! Dando cuenta que al fin y al cabo dentro de la oposición no hay unidad, que solo es un pretexto para conseguir protagonismo y alcanzar una plataforma política que sirva a los intereses de grupos particulares.

 

(LaIguana.TV)