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Sudamérica, ese vivo cúmulo cultural alojado sobre 20 millones de kilómetros cuadrados, es un territorio que presume desiertos, glaciares, paradisíacas playas, selvas y los ríos más grandes del planeta. Y dentro de este efervescente menú, hay una serie de destinos que destacan por su unicidad y belleza.

 

Entre estos últimos, elegimos cinco para compartir una degustación de la paradisíaca naturaleza que florece en esta región:

 

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Río Caño Cristales – Se ubica en Colombia, al este de Los Andes. Tiene una longitud de 100 kilómetros y simula un “arcoíris líquido”, ya que durante algunas épocas del año —cuando la temperatura, la luz del sol y la profundidad del agua son las correctas— se tiñe de rosa, amarillo y azul, como una alucinante corriente de colores en movimiento. Esto se debe a que en su cauce habita una pequeña planta acuática endémica, llamada macarenia clavigera.

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Salar de Uyuni – Se trata del desierto de sal más grande del mundo, con más de 10,000 kilómetros cuadrados y numerosas islas. En época de lluvias el salar, alojado en el suroeste de Bolivia, se cubre de una delgada capa de agua y refleja el cielo o cualquier cosa que se encuentre en su superficie. Sus planicies semejan valles de espejos, paisajes lunares en los que personas y vehículos parecen, milagrosamente, poder caminar sobre el agua.

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Glaciar Perito Moreno – El suroeste de la Patagonia argentina se engalana con este glaciar que entra al brazo sur del lago Argentino y cubre un área de 250 kilómetros cuadrados, avanza hacia la tierra y tiene unos 60 metros de altura con respecto al nivel del agua. Cada 3 o 4 años el frente de la masa de hielo se derrumba y crea un imponente espectáculo natural. El glaciar, que avanza aproximadamente 2 metros al día, pareciera una ola de hielo que está a punto de desbordarse y sepultar todo lo que lo rodea: un paraíso de hielo que sólo la Patagonia podría ofrecer.

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Salto Ángel – Al este de Venezuela se encuentra la caída de agua más alta del mundo, gracias a sus 979 metros. La catarata baja desde una pronunciada meseta que culmina en una pared vertical llamada Auyantepuy. La imponente columna de agua cae furiosa y estruendosamente, rodeada de selva y nubes de bruma. El lugar es conocido por los indios pemones como kerepakupai vená, que significa “salto desde el lugar más profundo”; para ellos el Auyantepuy es la Montaña del Infierno, donde habitan los espíritus malignos y el gran señor de mal, un lugar imponente y, según algunos, lleno de oscuridad.

 

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Desierto de Atacama – Al norte de Chile se encuentra la región más árida del planeta. Se trata de uno de los paisajes más singulares del mundo y abarca más de 100,000 kilómetros cuadrados. Esta región fue un lecho marino hace unos 3 millones de años y hoy es uno de los mejores lugares del mundo para hacer observaciones astronómicas por su altura y ausencia de luz. Este desierto tiene distintas regiones con géiseres, aguas termales, lagunas (habitadas por flamencos rosados), valles, montañas, salares y formaciones rocosas.

 

(faena.com)