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A lo largo del proceso revolucionario, la Iglesia ha sido protagonista, pero no por bendecir y guiar a la feligresía, sino por criticar duramente al Gobierno, en su momento lo hicieron con el Comandante Hugo Chávez, ahora con el presidente Nicolás Maduro; este domingo, al cardenal venezolano, Jorge Urosa Savino, se le olvidó su investidura eclesiástica y opinó como todo un dirigente de derecha.

 

Abiertamente confesó apoyar la Ley de Amnistía, la cual expondrán los diputados opositores ante la Asamblea Nacional (AN) para liberar a los presos políticos, porque a su juicio los penados son inocentes. Además, con toda sutileza le aconsejó “humildad” a los diputados electos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

 

Por otra parte, le pidió al Presidente Maduro “rectificar” y se escudó utilizando la supuesta “voz del pueblo” para alegar que “no queremos este camino, queremos un sistema político distinto. El pueblo que salió a votar el 6D está rechazando las colas de cinco, siete, y diez horas para conseguir la harina”.  

 

La política ha llevado a la nación petrolera a la “carestía”, continuó el también arzobispo de Caracas, quien como todo seguidor de la derecha no vació para culpar al Ejecutivo del desabastecimiento y la inflación, pasando por alto que existe la guerra económica que busca fracturar la Revolución.

 

El Cardenal no fue el único que lanzó dardos contra el Jefe de Estado, mientras adornaba con flores a la coalición opositora; el arzobispo de Mérida, monseñor Baltazar Porras, a través de un artículo titulado “El soberano también da lecciones” dijo que todo tiene su límite, que la crisis en el país exigió un cambio y pronosticó fatalidades para el 2016: “Enfrascarse en diatribas políticas no traerá bienestar a la población, sino mayor frustración”, manifestó.

 

(LaIguana.TV)