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Los precios de crudo han caído un 20% desde que empezó el año. El 20 de enero de 2016 un barril de crudo Brent se valorizaba en 28 dólares. Los países exportadores de petróleo están contando pérdidas, mientras que los países importadores se están beneficiando del desplome de los precios del oro negro. No obstante, en un futuro próximo todos ellos se verán afectados por este fenómeno de la economía global, considera el analista de Oilprice Nick Cunningham.

 

La caída de los precios de crudo se debe a las preocupaciones por la desaceleración del crecimiento de la economía china, por la producción excesiva de petróleo y por el levantamiento de las sanciones contra Irán. Teherán, que posee la cuarta reserva de crudo del mundo, ya ha anunciado que planea aumentar su volumen de producción en un millón de barriles al día, lo que perjudicará todavía más al mercado.

 

El analista Nick Cunningham afirma que los precios bajos del crudo se consideran un factor positivo para la economía porque benefician a los consumidores, cuyo poder adquisitivo aumenta.

Mientras tanto, esta desvalorización tan acentuada de los hidrocarburos ha empezado a frenar el desarrollo económico. La falta de fondos en efectivo congela el desarrollo del sector petrolero, gasífero y bancario, entre otros.

 

Según Vaguit Alekpérov, presidente de Lukoil, la mayor petrolera rusa, el recorte de las inversiones por parte del sector petrolero puede suponer una catástrofe para las ciudades y regiones cuyo sistema de producción no cuenta con una variedad suficiente.

 

“Actualmente las empresas petroleras no tienen dinero. Lo gastan todo en inversiones, en el desarrollo de la industria. Si dejamos de invertir, la vida en un gran número de ‘monociudades’ se detendrá”, dijo al portal RBK Vaguit Alekpérov en referencia a las ciudades cuya economía depende de un solo sector o empresa.

 

(RT)