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En la activación del Gobierno de Calle, el ministro de Alimentación, Rodolfo Marco Torres, giró instrucciones a los inspectores de su cartera para que hicieran recorridos por los mercales y otros puntos de venta de alimentos, a fin de conocer sus realidades.

 

Agregó que la idea es reimpulsar y mejorar la distribución de los alimentos para que lleguen al pueblo, que es donde deberían llegar.

 

«A veces no es la falta de alimentos el problema, sino la distribución», puntualizó el ministro en días pasados desde el estado Apure, durante la evaluación de estrategias para el reimpulso de la Misión Alimentación. «En el terreno es donde se sabe cuáles son las dificultades, en nuestros almacenes, ¿qué está pasando en los puntos de abastecimiento de Mercal?, ¿qué está pasando en las casas de alimentación?, ¿cuántas casas de alimentación hay en la Bases de Misiones?, ¿funcionan como debe ser?, ¿o se han convertido en centros de distribución de bachaqueo? Hay unas que funcionan muy bien», exhortó en esa oportunidad el funcionario.

 

Sobre la distribución de alimentos a los mercados públicos como Mercal y Pdval, Marco Torres pidió a sus subalternos cifras reales sobre el abastecimiento, porque su gestión garantizará que los productos lleguen a los anaqueles.

 

«No quiero maquillaje de números, si el abastecimiento fueron 100, bueno, fueron 100. Esos son los indicadores que me tienen que dar», precisó.

 

Por otro lado, el presidente Nicolás Maduro también hizo a comienzos de este año un llamado parecido, tras recibir una denuncia sobre la inoperatividad de tres Abastos Bicentenario en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui.

 

Las fallas puntuales de los tres establecimientos existentes en Puerto La Cruz se comprobaron, pues el proceso de recuperación de la cadena de frío no se había concretado, además se notaron fallas en el sistema logístico de distribución y el rescate de toda la infraestructura en general se quedó a medio camino.

 

«No hay explicación, vamos a arrancar por lo nuestro, como dice la Biblia, ‘no mires la paja en el ojo ajeno’, mira la viga en tu propio ojo. Quiero que veamos la viga en nuestro propio ojo y veamos nuestras fallas, la reconozcamos y entremos a rectificarlas ya, de inmediato, corriendito», ordenó el jefe de Estado.

 

También instó a la Contraloría de este servicio público: «Que aparezcan los responsables, no nos vamos de aquí sin que aparezcan los responsables. Pido apoyo a la Fiscalía y al Sebin para capturar a los responsables porque se han metido con la comida del pueblo. Mano dura dentro de nuestras filas».

 

El primer mandatario dijo que estaba listo para dar la batalla contra Fedecámaras y su guerra económica, «contra su robo, pongo todo lo que tengo para torcerle el brazo a los pelucones (…) pero tenemos que resolver estos problemas aguas abajo, no nos pueden sorprender». Al tiempo que dio las gracias a quien hizo la denuncia de la irregularidad en los Bicentenario.

 

Algunas fallas de abastecimiento 

 

En Caracas, luego de una visita a los Abastos Bicentenario de Plaza Venezuela y Los Símbolos, se pudo comprobar que en ambos establecimientos existen deficiencias puntuales a las cuales deberían meterle la lupa las autoridades, siguiendo el llamado del presidente Maduro y el ministro Marco Torres.

 

En ambos se evidenció la falta de proteína animal como pollo y carne. Amén de que los víveres no llegan regularmente, dijeron los usuarios consultados.

 

En Los Símbolos se puede conseguir arroz, pasta, margarina, detergente, papel toalet o salsa de tomate, mientras que en Plaza Venezuela en los anaqueles no se consigue ninguno de estos productos.

 

En este último local se puede apreciar que el surtido ha sido poco a comienzos de año.

 

Las neveras de la carnicería se encuentran vacías, mientras que en la de charcutería solo hay bandejas de queso merideño. Allí también se puede conseguir queso amarillo en trozos y muchas bolas de jamón planchado.

 

En el área de verduras y frutas se pueden adquirir naranjas, cambures, patilla, parchita y lechosa, mientras que en la pescadería se consiguen las siguientes especies: lisa, tajalí, roncador y bagre, carite, merluza y raya.

 

En la parte externa del establecimiento ya no se notan las colas, pero en la parte interna se observa como algunas personas hacen fila para adquirir hojillas para afeitar y un kilo de queso tipo paisa por mil 400 bolívares.

 

«Hace más de cuatro meses que a este lugar no llegan los víveres», señaló una de las empleadas que circulaba por los pasillos.

Entre tanto, Juan Rosario, vecino de Charallave, se quejó porque no encontró nada en los estantes.

 

«Me extrañó mucho cuando no encontré la cola en el estacionamiento. Cuando entré, me di cuenta de que no hay gente porque no hay nada que comprar», dijo.

 

Entre tanto, en el abasto de Los Símbolos, cuyo local está ubicado en el centro comercial Los Ilustres, hay días en los que se puede conseguir aceite vegetal, leche en polvo y UHT, harina de maíz, arroz, afeitadoras, pasta y huevos. Los usuarios señalaron que en este abasto el surtido de productos no suele ser constante.

 

Destacaron que hay que hacer colas desde temprano para poder comprar, pues se corre el riesgo de que la mercancía no alcance para todos los que hacen fila.

 

«Yo quería comprar dos kilos de pasta, pero cuando entré ya se había agotado. La leche en polvo también se acabó.

 

Afortunadamente, pude comprar harina de maíz, arroz y medio cartón de huevos», dijo Juanita Ojeda, quien es ama de casa y reside en El Valle.

 

En ambos establecimientos atienden por número de cédula; ancianos, personas con discapacidad y mujeres embarazadas tienen prioridad a la hora de comprar.

 

PDMercal con más opción 

 

A diferencia de los grandes establecimientos como los Biceabastos, en los pequeños puntos de venta de alimentos de la red pública existen más posibilidades de comprar alimentos, especialmente víveres y carnes.

 

A comienzos de año, lo que no se consigue en estos establecimientos ubicados, en su mayoría, en las barriadas populares es pollo.

 

Uno de los módulos de Pdmercal más abastecidos de Caracas es el que está ubicado en la calle José Ángel Lamas, a pocos metros de la sede de Ipostel, en la parroquia San Juan. Se llama Aquiles Nazoa y frente al local la gente hace cola bajo la mirada atenta de funcionarios de seguridad.

 

Un cartel pegado en una pared señala las reglas para la compra. Se atiende por número de cédula a 50 usuarios diariamente.

 

«Se atiende por el correlativo del número, si no está presente la persona, ésta pierde la oportunidad de comprar», reza el cartel como otra de las normas.

 

«Pollo no hay, pero pude comprar dos kilos de arroz, un kilo de leche en polvo, detergente en polvo, carne (dos paquetes), margarina, pasta larga (un kilo), un litro de aceite, un kilo de caraotas, un kilo de azúcar, un toallín, dos afeitadoras, un paquete de toallas sanitarias y un paquete de pañal. Valió la pena el madrugonazo», refirió Mirna Ramos, quien reside en el sector El Guarataro.

 

Entre tanto, en el módulo de Pdval de Monte Piedad, ubicado frente al bloque 14 de esta populosa parroquia, había una larga fila de personas «esperando por si llega(ba) algún producto».

 

Carla Rodríguez, una vecina, informó que temprano hubo leche UHT y en polvo, así como arroz. Agregó que ella no pudo comprar, porque llegó tarde.

 

«Estoy esperando para ver si puedo llevar algo para mi casa. Muchas veces uno está en la cola y llega el camión. Aquí no surten con regularidad», denunció la mujer.

 

Allí venden por terminal de cédula. Hacen la cola bajo unos generosos jabillos que proporcionan mucha sombra y los clientes acceden al establecimiento de 20 en 20.

 

Siguiendo en el 23 de Enero, en el Pdmercal del Cuartel de la Montaña, había una gran cola a las puertas del museo. Allí también se atiende por número de cédula.

 

Martha Quiñones, quien vive cerca de la zona, informó que pudo realizar una compra que incluyó arroz, leche en polvo, carne, harina de maíz y un pote de leche condensada.

 

«Si uno quiere comprar, tiene que venir temprano. Las colas se forman desde la madrugada y los números los reparten a las 7 de la mañana. Son 250 números», dijo.

 

El peor de los casos de desabastecimiento en los módulos de Pdmercal se consiguió en esta oportunidad en el local ubicado en El Silencio, dentro del edificio Bolívar. Allí solo hay compotas, pasta de tomate, higos, melocotones en almíbar y guisantes verdes enlatados.

 

La entrada estuvo libre pues no había mercancía. La venta se hace por el terminal de la cédula.

 

Mercalitos comunales parados

 

Los Mercalitos Comunales son instalaciones manejadas por la propia comunidad organizada a través de los consejos comunales. Allí se expenden productos alimenticios para los sectores más humildes.

 

Están ubicados barrio adentro, en la parte baja de un bloque, en una casa de una barriada o en un establecimiento comercial previamente fijado, pero que cumplió con los requisitos exigidos por el Ministerio del Poder Popular para Alimentación.

 

La misión de estos establecimientos es garantizar una distribución permanente, y de ello debe estar encargada la organización popular, que realiza censos con miras a establecer un mecanismo para controlar la correcta entrega de los alimentos a cada familia de la zona.

 

Sin embargo, la mayoría de estos locales visitados en el oeste de Caracas permanece cerrado desde el pasado 14 de diciembre. En esa oportunidad se realizó el último despacho, dijeron los vecinos.

 

De estos establecimientos, el ubicado en el sector El Mirador, parroquia 23 de Enero, se encuentra cerrado por «inventario», reza un cartel pegado en la puerta.

 

«La última vez que allí llegó mercancía fue en diciembre. Le vendieron solo a la gente de la comunidad, aunque había vecinos de otros lugares de la parroquia que exigían que les vendieran, sobre todo el pollo», dijo una vecina.

 

Entre tanto, en los locales de La Vega y en Mecedores, los vecinos relataron que los integrantes de los consejos comunales han ido a solicitar mercancía a los centros de acopio de La Yaguara y Tazón y no les han despachado.

 

Indicaron que siempre les dan una excusa diferente para no darles la mercancía.

 

Cambio de metodología: Casa por Casa

 

Desde hace dos años se comenzó a implementar –sobre todo en el interior del país– el programa Mercal Comunal Casa por Casa. Se atiende de manera directa las necesidades alimenticias del pueblo con jornadas ordinarias que se realizan los organismos involucrados con la Misión Alimentación.

 

El objetivo es llevar directamente a los hogares las cantidades y productos necesarios para cubrir los requerimientos proteínicos de las familias de una comunidad.

 

Se establecen a través de las Mesas de Alimentación de los consejos comunales y comunas. Cada familia recibe una dotación mensual de productos alimenticios subsidiados, a través de la red Pdmercal, señala la web del MinAlimentación.

 

Los vecinos conocen estos datos dado que manejan los resultados de un censo que se elabora por mandato de las autoridades.

 

La bolsa del Mercado Comunal Casa por Casa contiene productos regulados de la cesta básica y el precio «es un regalo», dijo José Molina, albañil y residente del sector Divino Niño, en San Francisco de Yare, estado Miranda.

 

«De verdad que estar en la cola de los módulos de Pdmercal y los Pdmercalitos es un fastidio. Esta bolsa es un alivio, al menos para un ratico», dijo el constructor.

 

La bolsa la entregan los voceros de alimentación del Consejo Comunal Divino Niño en la unidad de producción de la barriada. El nombre de casa por casa es solo un simbolismo.

 

La bolsa de mil 200 bolívares trae dos unidades de detergentes en polvo, leche, azúcar, aceite, arroz, pasta alimenticia, harina de maíz y mantequilla. Si incluye pollo cuesta mil 600 bolívares y si tiene carne y pollo el precio sube a mil 800 bolívares.

 

No obstante, los vecinos señalaron que la entrega de la bolsa fue casi periódica hasta noviembre de 2015. De allí en adelante la situación se tornó irregular.

 

«En diciembre no hubo despacho. La vocera de alimentación municipal explicó que los encargados de las bodegas dijeron que Pdmercal no poseía existencia de mercancía en los centros de acopio», dijo Francis Terán, vocera de alimentación del Consejo Comunal Divino Niño.

 

Inés Cristina Rosales, vecina de la zona, se quejó porque el 12 de enero de 2016, reapareció la entrega de las codiciadas bolsas solidarias en la unidad de producción, pero esta vez la entrega «llegó con fallas».

 

«No trajeron suficiente pasta larga y corta. Se agotó apenas habían comprado unas 50 personas de la comunidad. El pollo fue otro artículo que brilló por su ausencia. Llegó carne, pero con un corte de segunda», se quejó.

 

Siete establecimientos dan la talla

 

Cumpliéndose el tercer fin de semana del año 2016, la Red de Abastos Bicentenario distribuyó 245 toneladas de alimentos los días viernes 15, sábado 16 y domingo 17 de enero en la Gran Caracas. La Red de Abastos Bicentenario cuenta con 14 establecimientos en la región capital del país, distribuidos estratégicamente en Las Mercedes, Macaracuay, San Bernardino, Los Ilustres, Parque Central, Montalbán, Plaza Venezuela, Palo Verde, Guaneras, Nuevo Litoral, El Trigal, Terrazas del Ávila, Valencia y Charallave. En el transcurso del pasado fin de semana, esta empresa socialista atendió en la Gran Caracas a 112 mil 565 personas, señaló una nota del portal web del Ministerio del Poder Popular para la Alimentación. Entre los productos ofrecidos destacan: sal, azúcar, café, queso amarillo, pastas, margarina, cereales, harinas, aceite, carne, pollo y otros. Además fueron distribuidos 257 mil 29 artículos de limpieza e higiene personal, como detergente, afeitadoras, toallas sanitarias, desodorantes, papel higiénico y desinfectantes.

 

A cielo abierto distribuyen toneladas

 

Haciendo frente a la guerra económica y garantizando la Seguridad Alimentaria para todo el pueblo venezolano, el Instituto Nacional de Nutrición (INN), estuvo presente el fin de semana pasado junto a la Misión Alimentación en la parroquia Macarao, donde a través de una jornada de Mercado Comunal a Cielo Abierto se benefició a más de 5 mil personas con un total de 40 toneladas de alimentos distribuidos.

 

La jornada de abastecimiento contó con la presencia del vicepresidente Ejecutivo de la República, Aristóbulo Istúriz, y el ministro del Poder Popular para la Alimentación, Rodolfo Marco Torres, quienes informaron que desplegaron más de mil mercados comunales en todo el país, en donde se expendieron alimentos de primera necesidad a precios justos. El ministro Marco Torres expresó que este tipo de jornadas muestran que a través de la organización se pueden alcanzar los objetivos. «Yo llamo a todo el Poder Popular a incorporarse para convertirse en Poder Popular productivo. No hay comuna si no se produce».

 

(Ciudad Ccs)