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Para nadie es un secreto que al pasar por el mercado de Quinta Crespo ubicado en Caracas, se escuchan los anuncios a viva voz de bachaqueros ubicados en todas las puertas adyacente al popular sitio: «tengo harina, me queda una, llevésela», «café, café, café», entre otros rubros de la cesta básica.

 

A muchos venezolanos -algunos por falta de tiempo para hacer colas otros porque aunque las hagan no consiguen lo que necesitan por la restricción del númeo de cédula- no les queda más remedio que llevar productos esenciales para la familia venezolana como azúcar, mayonesa, caraotas, café, toallas sanitarias y pañales, cuyos precios de reventa alcanzan un excedente de hasta el 1500%; tal es el caso de estos últimos, cuyo precio oficial no llega a 100 bolívares y se consigue en Quinta Crespo en mil 500 bolívares.

 

Y por si fuera poco, a la complicidad para este flagelo de especulación se prestan los dueños de los locales internos quienes prestan sus puntos de venta para tal fin: para quienes no tienen efectivo y «desean» adquirir los productos que están escasos en establecimientos y éstos venden a precios exagerados:  café de medio kilo en 900 Bs, azúcar de un kilo en 400 Bs, caraotas de un kilo en 1500 Bs, Harina Pan 300Bs la unidad y venden inclusive la paca por 4 mil bolívares, mayonesa 900 Bs, caja con 8 toallas sanitarias en 600 Bs, papel toalec en 400 un paquete de cuatro rollos y pare de contar. Todo se consigue a plena luz del día y a viva voz.

 

Cuando el comprador expresa la falta de dinero en efectivo, el bachaquero lo lleva a un local dentro del mercado, en el que discretamente pasan la respectiva tarjeta de débito por el punto de venta y luego arregla con el dueño que se presta para tal fechoría. Los productos son entregados fuera del mercado, en bolsas negras.

 

 

(LaIguana.TV)