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China se prepara para celebrar el Año Nuevo Lunar, que comenzará en la medianoche del domingo, y finaliza la colocación de vistosos elementos decorativos en ciudades como Pekín, donde tienen lugar los ensayos finales de los actos que darán el lunes la bienvenida al signo del «mono de fuego».

 

En el templo de Ditan o de la Tierra, en el corazón de Pekín, una veintena de personas ensayaba hoy los últimos pasos de los rituales de la dinastía Qing (1636-1911) que representarán el lunes (8 de febrero) para recibir con galones al nuevo signo zodiacal lunar.

 

Los rituales, en homenaje al Dios de la Tierra, son uno de los puntos fuertes de las festividades del Año Nuevo Lunar (o «chunjie» en mandarín) en ese templo pequinés, en el que se esperan visitas de alrededor de un millón de personas durante la próxima semana.

 

A las actuaciones se sumarán los clásicos puestos de feria, una amplia oferta gastronómica y otras atracciones pensadas sobre todo para los más pequeños, que hoy ya curioseaban en las inmediaciones del templo lo que les depara el año del «mono», cuya imagen, en los más diversos formatos, inunda las ciudades chinas.

 

Además de las ferias y los rituales, que se han convertido en una mezcla de comercio y diversión, los ciudadanos chinos seguirán estos días numerosas tradiciones para entrar con buen pie en el siguiente ciclo lunar, y es frecuente que la víspera de celebrar su nochevieja limpien y ordenen los hogares para eliminar la mala suerte.

 

Y es que las supersticiones, como decorar de rojo para ahuyentar a los espíritus o tirar fuegos artificiales bajo la misma leyenda, son una de las claves de esta festividad, que genera el mayor desplazamiento humano del planeta para celebrar en familia.

 

(EFE)