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Pactar con el empresariado, pero sin Mendoza: ¿misión imposible? .- “¿Es posible lograr una concertación con el empresariado nacional mientras se pelea públicamente con el principal empresario del país?… Es una de las tantas preguntas que un observador imparcial (si existiera alguno) se haría”. Eso me dice Prodigio Pérez, mi politóloga predilecta, a quien osé interrumpir en medio de una reunión familiar, con nietos disfrazados y todo.

 

“Suponte que llega al país un tipo que acaba de salir de un monasterio del Tíbet donde los monjes no estudian teología sino sociología, economía política y cosas así. Lo traen directo acá, le permiten que se sumerja en la realidad nacional durante unos días, con colas, bachaqueo, dolartoday, discursos presidenciales y sesiones de la Asamblea Nacional, todo incluido. Luego lo invitan a que haga las preguntas que se le ocurran… Yo creo que una de las que haría sería cómo espera el gobierno restablecer el funcionamiento de la parte capitalista más o menos decente de la economía (ahorita sólo funciona la más deforme) si al mismo tiempo se enfrenta al personaje más importante del llamado sector productivo nacional (bueno, es una manera de decirlo).

 

Prodigio, mientras posaba para una foto con un pequeño Shrek chorreado de risa a punta de cosquillas, dijo que una buena técnica de análisis es hacerse las preguntas que ese monje hipotético se haría. “En verdad, vale la pena interrogarse cómo piensa Maduro que puede reactivar los circuitos formales de producción, distribución y comercialización de los principales productos de primera necesidad llegando a acuerdos con todos los demás empresarios, menos con Lorenzo Mendoza? ¿Acaso no está claro que él es el dueño del circo, mientras los demás no son sino maromeros, escupefuegos, tragaespadas y mujeres barbudas?”.

 

Me reí, no porque la pregunta dé risa, sino porque la enumeración me pareció muy apropiada para el Carnaval. Prodigio, en tanto, me mostró en su iPhone (es una abuela digital) la nota periodística de un comunicado emitido por Fedecámaras, defendiendo al señor Mendoza. “¿Viste esto?, aquí está clarito el mensaje… Mendoza mandó a los fedecamaradas a decirle al gobierno que  de nada va a servir hacer mesas de trabajo, conciliábulos y reuniones públicas en cadena nacional con los segundones, mientras no acceda a las condiciones del gran jefe”.

 

Prodigio –que no estaba disfrazada, pero le hubiese venido bien un traje de pitonisa, con su bola de cristal- pronosticó que cualquier acuerdo del gobierno y el sector privado sin

 

Mendoza será un fracaso porque este hombre controla la producción y el comercio de casi todo lo que la gente compra en el país, desde la harina para las arepas hasta el lavaplatos.

 

Según la experta, el Presidente podría recordar la lección de realpolitik que dio su padre Chávez cuando pactó con Cisneros, el anterior pran del empresariado venezolano, luego del paro-sabotaje de finales de 2002 y principios de 2003 y tras una intensa temporada de enfrentamientos públicos con el verbo encendido del comandante en la primera línea de artillería. Como se recordara, luego de esa controversial entente se aplacaron las pretensiones de Fedecámaras de ejercer el gobierno directo y Cisneros, quien –nunca hay que olvidarlo- había sido el capo del golpe de Estado de abril de 2002, pasó a ser un ejemplo de la ponderación empresarial y de la información equilibrada.

 

“Maduro podría invitar al actual dueño del circo a un acuerdo, pero eso tendría un costo político demasiado elevado, pues habría que recoger demasiadas palabras dichas, demasiadas amenazas lanzadas al aire en estos meses, lo que inevitablemente se vería como una nueva derrota. Está claro que el entendimiento Chávez-Cisneros sobrevino en junio de 2004, en un momento en que la Revolución Bolivariana estaba en franca recuperación, luego de los desastrosos años 2002 y 2003. Cisneros ya sabía que Chávez iba a ganar el referendo revocatorio y, millonario al fin, optó por lo mejor para sus negocios”.

 

“¿Se parece en algo la situación actual del presidente Maduro al escenario de 2004?”, le pregunto a Prodigio y ella contesta con una de sus salidas de abuela astuta: “¿Viste? Ya aprendiste a preguntar como si fueras un monje recién llegado al país”.

 

(Clodovaldo Hernández/ [email protected])