La virilidad del hombre, tradicionalmente, ha estado vinculada al tamaño del pene. ¡Cuánto más grande mejor!, ha sido la frase por excelencia. Pero la sexóloga de Mipsico, Marta García Peris, rompe con esta máxima que lo único que puede conseguir es crear obsesiones que solo traen problemas en las relaciones sexuales. “Nadie vincularía la femineidad de una mujer con el tamaño de sus pechos. Pues con el hombre se debe hacer lo mismo”, indica García Peris.

 

Aún así, la sexóloga explica que las características del pene, tanto en longitud como en grosor, sí que afectan a las relaciones, pero no del mismo modo. Por ejemplo, un pene demasiado largo –en cuanto a las relaciones coitales vaginales- puede provocar molestias en la mujer. “Un pene muy largo puede hacer que el glande choque con la entrada del útero, algo muy molesto”, asegura Marta García. A pesar de estas circunstancias, la sexóloga también explica que hay trucos y posturas, por ejemplo con la mujer dando la espalda, que aumentan el recorrido de la penetración y reducen las molestias.

 

Pero no todos son relaciones vaginales, también nos encontramos que el tamaño, sobre todo el grosor, también importa a la hora de practicar sexo anal. Y ahí, Marta García indica que lo ideal es un pene que no sea muy grueso. Hay que tener en cuenta, comenta la sexóloga, que el ano no se dilata por sí mismo como pasa con la vagina y por lo tanto en este caso es mejor un pene largo y menos grueso.

 

En realidad, lo que debe pensar un hombre es que las relaciones sexuales van más allá que la mera utilización de su pene. “Tenemos manos, boca, lengua, tacto…”, explica García Peris, por lo que hay saber sacar partido a todas las posibilidades que nos ofrece nuestro cuerpo.

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(medicinatv.com)