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El director de la policía colombiana renunció el miércoles a su cargo un día después de que la procuraduría abriera una investigación formal en su contra por presuntas faltas disciplinarias que irían desde el incremento injustificado de su patrimonio hasta su aparente participación en una red de prostitución masculina.

 

“He tomado la decisión, en el seno de mi hogar, junto al cuerpo de generales y de cara al país, de pedirle al señor presidente (Juan Manuel Santos) que me aparte del cargo como director general de la policía”, dijo el general Rodolfo Palomino en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado de su esposa y sus hijos.

 

Poco después, el presidente Santos aceptó la dimisión de Palomino, destacó sus logros al frente de la entidad y nombró en su reemplazo al general Jorge Hernando Nieto.

 

“Que no celebren las mafias el retiro del señor general Palomino, que no celebren ni terroristas ni criminales”, había dicho el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.

 

Palomino explicó que dimitía pese a que “no soy culpable de ninguno de los cargos que se me imputan” porque “no puedo permitir que un director de la policía esté siendo investigado y puesta en duda su honorabilidad”.

 

El alto oficial está señalado de haber acosado sexualmente hace varios años a uno de sus subalternos. El jefe policial siempre ha rechazado esa denuncia.

 

La víspera, la Procuraduría, que en Colombia investiga disciplinariamente a casi todos los servidores públicos, dijo que para la apertura de la investigación formal contra Palomino contaba con la declaración de un capitán de la fuerza y un video que también involucraría a ciertos miembros del Congreso.

 

Por la aparente red de prostitución masculina el Ministerio Público envió copias de su indagación a la Fiscalía porque los hechos podrían encuadrar en diversos delitos como proxenetismo, inducción a la prostitución y trata de personas.

 

Un comunicado de la Procuraduría indicó que a Palomino se lo investiga también por supuestos seguimientos e interceptaciones ilegales a periodistas.

 

Palomino trabajó 38 años en la policía y la dirigió en los últimos dos años y medio.

 

En diciembre un columnista de la revista bogotana Semana escribió un artículo sobre el aparente incremento injustificado del patrimonio de Palomino, quien se defendió con el argumento de que su patrimonio es público y fruto del trabajo en la policía por más de tres décadas.

 

A inicios del mismo mes la Fiscalía anunció la apertura de una investigación para tratar de establecer quiénes eran los responsables de seguimientos e interceptaciones ilegales a la periodista Vicky Dávila, quien desde los medios locales ha encabezado las denuncias contra altos oficiales de la policía. Según la Fiscalía, las amenazas contra Dávila tendrían relación con una serie de denuncias periodísticas sobre presuntas irregularidades dentro de la policía nacional.

 

El 9 de diciembre Santos creó una comisión para que investigue las denuncias contra la cúpula de la policía por presunta corrupción, acoso sexual y espionaje a periodistas.

 

El mandatario dijo en su momento que la comisión _integrada por dos exministros de Defensa_ tendría un plazo de 90 días para presentar su informe. Hasta ahora no se conocen los resultados de dichas pesquisas.

 

La víspera, uno de los viceministros del Interior también renunció luego de que medios locales hicieran pública una conversación suya con un capitán en la que habla de prácticas homosexuales en la policía.

 

Conocida la renuncia de Palomino, las reacciones no se hicieron esperar.

 

El senador Alfredo Rangel, del opositor Centro Democrático, consideró tardía la dimisión de Palomino. En diálogo telefónico con The Associated Press opinó que el caso evidencia “la ausencia del ministro de Defensa en esta crisis”.

 

En cambio, el también senador Juan Manuel Galán, del oficialista Partido Liberal, calificó de gallarda la postura de Palomino al “anteponer la situación de la institución antes que su situación personal”.

 

Advirtió, sin embargo, que las investigaciones deben seguir y establecer responsables.

 

(AP)