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“El pueblo convoca y el pueblo revoca”. Con esta premisa el gobernador del estado Miranda y líder del partido Primero Justicia, Henrique Capriles Radonski, recorrió, este domingo, los municipios de la Costa Oriental del Lago para impulsar la aplicación de una fórmula para cambiar al Gobierno nacional, “como único mecanismo que puede salvar a Venezuela de un estallido social, y garantizar un verdadero cambio en la economía”.

 

—¿Por qué un revocatorio y no una enmienda constitucional?

 

—Yo propuse las dos. Puede hacerse al mismo tiempo. La enmienda corresponde a  una  Asamblea Nacional que ahora sí está al servicio del pueblo y no en defensa o favor de un partido político. La enmienda que se discuta y se apruebe, pero es un tema de la AN. En cambio el revocatorio corresponde a la iniciativa popular, una tarea que convoca a la participación de nosotros como venezolanos. Ya el Gobierno, el TSJ, algunos personeros se pronunciaron sobre la enmienda diciendo que no puede usarse para que este gobierno termine este año, y la van a paralizar.

 

—Como en otras  oportunidades la oposición no llega a un acuerdo sobre un tema crucial, en este caso el mecanismo para activar un cambio de Gobierno. ¿Por qué?

 

—Dentro de la oposición hay consenso sobre la propuesta. Está iniciándose y la conversamos. No tengo ninguna duda que la unidad va a tomar una decisión pensando en el país, y siempre pensando lo que es posible o no.

 

—¿Pero se ha reunido con la MUD con Ramos Allup para hablar de este tema?

 

—La Mesa de la Unidad funciona a través de sus coordinadores y secretarios generales de los partidos. Yo milito en un partido pero no tengo responsabilidad solamente con la MUD. La unidad del país es más grande que la MUD y yo tengo la obligación  de plantear una ruta, y sé que la MUD va a discutir y va a anunciar su respaldo.

 

—¿Qué es más importante para la oposición: la crisis económica o el revocatorio?

 

—Por su puesto que la crisis económica y social!  No podemos dejar que la crisis se siga profundizando. En la calle una señora me dijo, con toda la sabiduría de sus años que “aquí no va a cambiar nada hasta que cambiemos al Gobierno”. Después de la victoria del 6-D el planteamiento fue esperar a que rectificara o cambiara, y qué hizo? Todo lo contrario! Ahora quiere desconocer a la Asamblea Nacional. El Gobierno no quiere cambiar nada.

 

—Y ¿cómo califica las medidas económicas anunciadas?

 

—Las “medidas” son la nada. Es sacarle más dinero a la golpeada economía de la familia venezolana. El aumento de la gasolina no resuelve nada, la devaluación del bolívar tampoco, al igual que el ajuste del salario que es una burla para el trabajador. La inflación es el cáncer de la economía y el Gobierno no hace nada para controlarla. Llaman a la inversión pero atacan a los empresarios y los llaman “malandros”. No hay una sola señal de cambio o rectificación, el Gobierno solo quiere darle largas, que siga pasando el tiempo y que la gente se resigne a vivir en esta situación.

 

—¿Cómo va a resolver la crisis la oposición -si llega a ser Gobierno- si las condiciones de bajo precio del petróleo, la inflación, la escasez van a ser las mismas?

 

—Lo más generoso que tiene Venezuela es la fertilidad de sus tierras. Hoy tenemos que traer caraotas, arroz, café! Eramos el segundo productor de café del mundo y ahora solo producimos el 18%.  Tenemos 40 millones de hectáreas productivas, tenemos los hombres dispuestos para la siembra, tenemos el agua… Gastamos entre 7 y 8 millones de dólares trayendo alimentos, ese dinero se puede invertir en la tierra y producir la comida que necesitamos, en ciclos cortos y largos. No podemos seguir dependiendo de una economía petrolera, porque el barril sube y baja. Este modelo se basó en un barril de petróleo a más de 100 dólares. Los empresarios necesitan confianza para invertir y mientras esté Maduro no hay confianza alguna.

 

—¿Hace dos años usted se desmarcó de “la salida” a la que llamó Leopoldo López. Qué reflexión hace actualmente? 

 

—Para nadie es un secreto que no acompañé la llamada “salida” porque no convocaba a todos los sectores del país. No creíamos en ella y los resultados saltan a la vista.

 

—¿Sería López su contendor en la oposición en cuanto a liderazgo se refiere?

 

—Yo no compito con López, ni con María Corina, ni con ninguno de los que profirieron «la salida». Tenemos visiones y mensajes. Siempre he creído en la construcción de un ser mejor, por un nuevo acuerdo  social en el país. Hay compañeros que no lo ven así, que los pobres no se necesitan para cambiar al país. Diferimos, y eso pasa en la democracia, es normal, lo que pasa es que cuando hay alguna diferencia lo ven como negativo.

 

—La Ley de Amnistía se aprobó en primera discusión. El oficialismo critica la consideración en los delitos que contempla. ¿Cómo la calificaría?

 

—Ninguno de los muertos que hubo puede responsabilizarse a los que hoy están presos.  La responsabilidad es personalísima y así lo creo. El Gobierno ya dijo que no se aprobaría desconociendo a la Asamblea Nacional, Leopoldo y todos los presos deben estar libre y lo lograremos con el revocatorio.

 

(Panorama)