inyeccion-c.jpg

Gracias al invento de las pastillas anticonceptivas, hace más de 50 años, las mujeres pudieron controlar de forma efectiva su fertilidad y planear de forma inteligente sus embarazos sin perder su libertad sexual. La mujer se llevaba la carga del control de la fertilidad, pero los varones también pueden hacer lo mismo gracias a una inyección anticonceptiva para hombres.

 

Hasta hace relativamente poco, los hombres tenían unas pocas formas temporales de impedir embarazar a las mujeres, ahora se suma una nueva opción: RISUG. Se trata de una inyección anticonceptiva que impide el accionar de los espermatozoides.

 

En forma de gel, posee polímeros no tóxicos que forman una pared en el interior de los vasos deferentes, impidiendo que los espermatozoides puedan pasar al pene y formar parte de la eyaculación, que sigue ocurriendo casi sin diferencias, ya que los espermatozoides constituyen parte menor del semen.

 

Este método anticonceptivo se aplica mediante una inyección en los vasos deferentes, a los que se llega mediante una pequeña incisión en el escroto. Se utiliza anestesia local y es un procedimiento totalmente ambulatorio.

 

La inyección de RISUG tiene una duración de 10 años y en las pruebas médicas realizadas en 250 voluntarios, solo falló una vez. Eso le da una efectividad de 99.6 %, mayor que los preservativos y que la píldora anticonceptiva femenina.

 

En caso de querer revertir la infertilidad temporal causada por RISUG, se aplica una nueva inyección en la zona, la que libera el paso de los espermatozoides a través de los vasos deferentes. 

 

Esta inyección anticonceptiva masculina está aún en etapa de pruebas y ya se trabaja en el llamado Smart RISUG, una versión que no requiere de una segunda intervención para devolver la fertilidad, ya que se utiliza una forma especial de calor.

 

La inyección, no es la única forma de anticoncepción masculina. Desde hace años existen píldoras, hormonales y no hormonales, que provocan un efecto similar. Ninguna ha salido de las etapas de prueba, ya que las farmacéuticas no están interesadas en invertir, porque dudan que los hombres estén dispuestos a aplicarse una inyección o tomar pastillas, junto con la posible falta de confianza por parte de la mujer.

 

Esto podría cambiar, ya que un estudio realizado a nivel internacional, indica que al menos la mitad de los hombres estaría dispuesto a utilizar un método anticonceptivo diferente al condón y el 75 % de las mujeres dijo confiar en que su pareja lo utilice bien.

 

Existiría una reticencia mayor a métodos hormonales, ya que está el temor a que incidan en el deseo sexual o su rendimiento, por lo que el futuro de la anticoncepción masculina debería ir por métodos más naturales. ¿Estarías dispuesto a someterte a la inyección anticonceptiva?

 

(Batanga)