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No habrá goles, ni títulos en juego, pero la FIFA se enfrenta este viernes al partido más crucial de su historia.

 

El golpeado organismo, encargado de regular y mover los hilos del deporte más popular del planeta, tiene la responsabilidad de elegir a su nuevo capitán, el líder que esperan sea capaz de navegar a puerto seguro a un barco que se encuentra a la deriva desde hace nueve meses.

 

En ese tiempo, la FIFA ha estado involucrada en casos de corrupción, sobornos, fraude, pagos ilícitos, procesos judiciales, investigaciones, despidos y un presidente ausente, suspendido de sus funciones.

 

El balón ha seguido rodando sobre el campo, casi indiferente a lo que ha ocurrido en los despachos, pero su futuro dependerá de lo que ocurra este viernes 26 de febrero de 2016.

 

¿Qué se decidirá?

 

Los 209 miembros de la FIFA se reúnen en Zúrich tras ser convocados a participar en el Congreso Extraordinario del organismo luego de la decisión de Sepp Blatter de dar un paso al costado tras 18 años como presidente.

 

El dirigente suizo, de 79 años, dijo en junio pasado que entregaba el mando que le había otorgado la FIFA, ya que no contaba con el respaldo de los aficionados o de los clubes.

 

Blatter no podrá estar presente en la votación ni entregará el poder a su sucesor alhaber sido suspendido ocho años de toda actividad relacionada con el fútbol por un «pago desleal» de US$2 millones a Michel Platini, quien también fue apartado por el Comité de Ética de la FIFA.

 

En este escenario, los delegados presentes en Zúrich deberán aprobar o rechazar un paquete de reformas diseñadas para eliminar los problemas que empujaron la crisis de la FIFA y restaurar su reputación.

 

Asimismo, elegirán al nuevo presidente.

 

¿Cuáles son las reformas?

 

Es posible que más que el presidente sean las reformas propuestas las que delineen el futuro del deporte.

 

Un miembro de la FIFA cree que sería un «desastre» si no funcionan las medidas que se buscan implementar para sanear el organismo.

 

Una de las propuestas es limitar el tiempo que se puede ocupar los puestos de mayor rango dentro del organismo, evitando los nombramientos de por vida o las continuas reelecciones.

 

También se busca hacer público los salarios de los dirigentes, así como separar las decisiones administrativas del aspecto político de la relación con las diferentes asociaciones nacionales y regionales.

 

Se eliminará el «comité ejecutivo» y en su lugar se establecerá un consejo de 36 miembros, que deberá incluir a un mínimo de seis mujeres, para hacer acordar una estrategia global.

 

La responsabilidad de dirigir el día a día de la FIFA la asumirá un «secretariado general», que equivale a una junta ejecutiva, y el secretario general, que actuará como un director ejecutivo.

 

Las cuentas y balances administrativos serán revisados por una serie de comités, siendo el más importante el de auditoría y de cumplimiento que llevará un comité independiente.

 

La FIFA espera sentar un precedente con la intención que sea seguido por los organismos nacionales y regionales.

 

Se espera que los delegados aprueben estas reformas, que necesitan el apoyo de un 75% de las 209 federaciones presentes en la votación.

 

¿Qué pasaría si no se aprueban? ¿Podrían suspenderse las copas del mundo?

 

FIFA todavía está en una posición delicada ante las investigaciones que llevan a cabo las autoridades en Estados Unidos y en Suiza sobre actividades que involucran a miembros activos y del pasado.

 

Por el momento, el organismo es considerado «una víctima» por el Departamento de Justicia de EE.UU., pero eso podría cambiar.

 

Si se considera que la FIFA no cambia y se mantiene operando de igual manera podría ser acusada bajo las leyes de Estados Unidos de ser una organización que incita el crimen organizado.

 

Es por eso que las reformas pueden evitar que la FIFA sea clausurada por las autoridades y de esa forma garantizar el futuro de los torneos que organiza, como las Copas del Mundo de Rusia 2018 y Qatar 2022.

 

La elección de ambos torneos forma parte de la investigación, aunque todavía no está siendo cuestionada.

 

Si la FIFA es cerrada las autoridades podrían interpretar que los contratos de ambos torneos quedarían inválidos, aunque geopolíticamente eso podría causar una gran fricción, especialmente dada la delicada situación militar en Siria.

 

A esta se suma que uno de los principales aliados de Estados Unidos en medio oriente es Qatar.

 

Es por eso que se cree que hay presión sobre la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, para que no actúe sobre este aspecto.

 

¿Podría haber nuevas detenciones?

 

Es posible, pero no se sabe si las autoridades actuarán como lo hicieron en mayo y diciembre previo a otras reuniones de la FIFA.

 

Hay 24 personas que no han sido nombradas que aparecen como co-conspiradores en los documentos que reveló la justicia estadounidense, pero cualquier acción podría afectar directamente el resultados de la sesión extraordinaria del congreso.

 

Se cree que Estados Unidos está moviendo su atención de América a Europa, Asia y África, pero es difícil ver alguna fórmula que impida que se lleve a cabo la elección.

 

¿Quién será el nuevo presidente?

 

El jeque Salman bin Ebrahim al Khalifa de Bahréin es quien surge como el principal contendiente al contar con el respaldo de las confederaciones de Asia y África, aunque el voto no se hace en bloque y es secreto.

 

Como su principal rival aparece Gianni Infantino, secretario general de la UEFA, el organismo regulador del fútbol en Europa.

 

Infantino cuenta con un amplio apoyo en Europa, Sudamérica y, algo que podría ser determinante, en el Caribe.

 

El príncipe Ali de Jordania ha perdido recorrido desde que fue derrotado en las pasadas elecciones por Blatter, pero puede ser un actor fundamental para decantar la balanza al final en favor de un candidato u otro.

 

En cuanto a las candidaturas de Jerome Champagne y Tokyo Sexwale no hay mucha esperanza y se espera que pueda haber asociaciones antes de la votación.

 

¿Cuándo se sabrá?

 

Tanto el debate sobre las reformas propuestas como la votación sobre el nuevo presidente se llevará a cabo este viernes.

 

La FIFA instó a sus miembros a aprobar de manera unánime las reformas, por lo que se espera que sea la elección del nuevo mandatario de la FIFA lo que ocupe más tiempo en la agenda del día.

 

Se contabilizarán 207 votos debido a que se prohibió la participación de las federaciones de Kuwait e Indonesia.

 

En la primera ronda de votación se necesita sumar por lo menos dos tercios de los votos para declarar a un ganador, pero a partir de allí sólo basta una simple mayoría.

 

De no haber ganador, se procederá a una tercera ronda en la que quedará eliminado el candidato con menos votos.

 

Se espera que se conozca la identidad del nuevo presidente al final de la tarde, hora local en Suiza.

 

(BBC)