A través de las redes sociales se ha gestado una gran polémica luego de que el concurso de belleza Miss Perú Universo 2016 utilizara prácticamente la misma melodía y la misma letra para la musicalización del evento.

 

El show de América TV, el Reventonazo de la Chola, transmitió una presentación musical donde las candidatas se mostraron al público peruano en traje de baño. El problema vino cuando el video comenzó a correr a través de las redes sociales y usuarios venezolanos comprobaron, a su parecer, que se trata de la misma melodía del Miss Venezuela.

 

«Plagio», dijeron de inmediato. Muchos se indignaron por el hecho de que un concurso de belleza copie el “éxito” del producto criollo. Algunos tacharon a los productores del programa como envidiosos e incluso se despacharon contra el propio pueblo peruano.

 

Sin embargo, ¿No son estos concursos un plagio de otros? ¿No son incluso una invitación a que cada una de las muchachas que concursa participe de un plagio sobre un ideal de belleza -de grandes y pronunciadas curvas- que no es el propio?

 

A diario vemos ya casi sin asombro en algunos medios de comunicación noticias sobre el fallecimiento de jóvenes en pleno quirófano al querer imitar el cuerpo de alguna famosa actriz, luego de inyectarse biopolímeros.

 

También hemos visto cómo chicas y chicos se desfiguran sus rostros al “plagiar” o imitar personajes ficticios, que la propia televisión promueve a diestra y siniestra.

 

En este caso particular vemos a padres, representantes, adultos, niños, jóvenes y usuarios de las redes estar muy pendientes del plagio de una canción o melodía de un evento de belleza, y se olvidan del mundo alienante que corrompe los valores con perversas letras como es el reggaetón que promueve malos ejemplos.

 

(LaIguana.TV)

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