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En el marco del llamado “fujigolpe” (Perú, 2000), cuando el presidente Alberto Fujimori cerró el Parlamento, la Organzacón de Estados Americanos tomó la decisión de crear la Carta Democrática -el 11 de Septiembre de 2001-, instrumento que proclama la preservación del orden institucional, y que establece que la ruptura del orden democrático es un obstáculo insuperable.

 

Para aplicar dicha Carta, se debe probar que el país violó el orden democrático. Como primer paso, el solicitud debe ser hecha por otro de los Estados que pertenezca a la OEA, o por el Secretario General. Luego, ésta pasa por el Consejo Permanente, que aprueba o no.

 

Posteriormente, se crea una Comisión que va hasta el país a investigar si se ha violado la democracia, y presenta el informe. Para que se materialice, se requiere del voto de 2/3 de las naciones que conforman la OEA (34 países). En caso de ser aplicada, implica suspensión de dicho país de la Organización y suspensión de cualquier alianza económica.

 

En Honduras se aplicó, motivado por el golpe de Estado a Manuel Zelaya en Julio de 2009; se suspendió al país de la organización, mediante los artículos 19 y 21 de la Carta, hasta Junio de 2011, cuando se levantó la aplicación.

 

En Venezuela, la oposición ha insistido en repetidas ocasiones en que se aplique la Carta, pero como instrumento para deponer al Presidente Chávez y a Nicolás Maduro, Luis Almagro, Secretario General de la OEA señala al respecto que tienen que “recibir el pedido y solicitud de la Asamblea Nacional” y que “no es tarea del Secretario contar los votos, sino analizar el pedido y llevarlo al Consejo Permanente”.

 

¿Habrá “activación de la Carta”? Juzgue usted mismo

 

(LaIguana.TV)