pareja1.jpg

No querer tener sexo no es un síntoma de padecer un problema patológico, ni mucho menos es sinónimo de insatisfacción en la relación. En muchas ocasiones el estres y la falta de un ambiente adecuado son fundamentales al momento de decir que no.

 

La inapetencia sexual no es única en las mujeres. Los hombres también tienen desequilibrios, causados por el cansancio o alguna enfermedad, y no por ello debe considerarse, que la relación en pareja no funciona, que existe una tercera persona o que el amor se acabó.

 

Para la médica sexóloga Nereyda Lacera existen cuatro causas fundamentales para que haya indisposición al momento de tener sexo. La primera, es el cansancio físico o mental «por eso se incluye el estrés, el agotamiento y la depresión que podemos definirlas como las principales causas psicológicas de la negativa en la relación sexual». 
 

La segunda, es la falta de un ambiente adecuado. Especialmente en las mujeres los factores externos como,la televisión encendida y los niños despiertos, entre otras influencian su apetito sexual. Mientras que el tercero, está relacionado con el sueño «sobretodo cuando las personas tiene largas jornadas de trabajo y llegan a su casa con la única intención de ver su almohada», dice Lacera.

 

La última causa son los conflictos en pareja. Los resentimientos, las peleas e incluso la ira influyen al momento de tener una relación sexual, de acuerdo con la sexóloga «si bien muchas parejas intentan resolver las diferencias en la cama, hay otras que les quita el deseo, es lo más común que uno espera».

 

«Negociar es fundamental. Uno puede conversar y entender, pero yo soy una de las que hablo mucho del poder de masturbación de las parejas», dice la sexóloga Flavia Dos Santos, quien además especifica que a la hora «de satisfacerse, el que necesita de sexo puede acudir a un vibrador o a la masturbación y el otro no se siente presionado a dar más de lo que puede o quiere».

 

Lacera asegura que al momento de no querer tener una relación sexual es decirlo «en un tono cálido y amable», con el fin de que la otra persona no se sienta rechazada ni lastimada. Así mismo, dice Lacera, es importante que el otro no magnifique el hecho y entienda que no es una situación de la cual preocuparse, a menos que se vuelva repetitiva.

 

La mejor solución contra el no, es el diálogo, dice Lacera, sobretodo en el caso de las mujeres, que  prefieren no decir nada hasta el momento que se encuentran en la cama. Las excusas son válidas, pero «hay que buscar nuevas altenativas, cambiar el ambiente, las posiciones y sobretodo cuando el no es muy evidente, porque en muchas ocasiones se calla cuando existen frustaciones o depresiones».

 

(Agencias)