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Muchos padres intentan llenar las expectativas de sus hijos, sobre todo si se les ha dicho que “si se portan bien” el Niño Jesús los compensará. Pero ¿qué pasa cuando ese regalo no se encuentra o si no hay dinero suficiente para comprarlo?.

 

En ese sentido, el psicólogo chileno Juan Pablo Westphal, asegura que “nunca hay que olvidar que los regalos son un gesto de cariño y no un deber, por lo tanto el criterio de regalar es de los adultos. Si un niño pide un regalo que no podemos o no queremos hacer, se le tiene que informar con cariño y firmeza, y no tener miedo por la frustración que el niño pueda tener”.

 

Respecto a la rabia o tristeza que los niños pueden expresar al no recibir lo que han pedido, el especialista explica que la frustración de los hijos está directamente ligada al mensaje que transmite el adulto sobre el regalo. Es por ello que ante la inevitable frustración, recomienda “evitar dar justificaciones o excusas, que a la larga dan poder al niño de exigir más”.

 

(El Propio)