La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, separada de su cargo por 180 días luego que el Senado, aprobara con 55 votos a favor un impeachment, aseguró este jueves que se ha cometido una injusticia.
“El nombre que tiene esto en el mundo democrático no es impeachment, es golpe, no tengo cuenta en el exterior, nunca recibí propinas, nunca estuve de acuerdo con la corrupción (…) Es la más grande de las brutalidades que se puede cometer contra un ser humano, sancionarlo por un crimen que no cometió, no existe peor injusticia que condenar a un inocente”.
“Esto se debe a que nunca acepté chantajes de ningún tipo, puedo haber cometido errores, pero no cometí ningún crimen”, aseguró.
“Yo fui electa presidente por 54 millones de ciudadanos brasileños”, expresó.
“Lo que está en juego es el respeto a las urnas, a la voluntad soberana”, dijo.
“Están sumergiendo al país en un estado permanente de inestabilidad política (…) Mi país ha sido sometido a sabotaje”.
“La lucha contra el golpe es larga, es una lucha que podemos vencer, y nosotros vamos a vencerla, esta victoria depende de todos nosotros”, subrayó.
“La democracia es el lado correcto de la historia».
(Panorama)
