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La presidenta de Brasil Dilma Rousseff ha concedido a RT la primera entrevista televisiva tras su destitución. En ella afirma que el ‘impeachment’ en su contra es un un chantaje de la oligarquía y que el nuevo Gobierno de Brasil está dominado por políticos neoliberales.

 

Durante la entrevista, Rousseff ha asegurado que la prensa «habla al son de los grandes medios internacionales». «Hay que democratizar los medios, puesto que están en manos de una minoría», asegura la mandataria.

 

El 12 de mayo el Senado brasileño votó a favor del ‘impeachment’ de la mandataria. La presidenta ha sido suspendida de su cargo por un periodo de 180 días, durante los cuales los senadores deberán investigar las acusaciones contra Rousseff presentadas por los iniciadores del proceso. «Voy a luchar cada día, cada minuto contra este impeachment», afirma Rouseff.

 

Para la presidenta de Brasil, el ‘golpe de Estado’ se ha maquinado en el mismo país sin que haya injerencia extranjeras, aunque haya ciertas fuerzas que se beneficien de ello. «Es un verdadero golpe de Estado sin armas», señala Rousseff.

 

Entre otras cosas, Dilma Rousseff ha hablado del grupo BRICS, que para la presidenta supone un poder alternativo que se ha convertido en una de las más fuertes alianzas de la última década.

 

La mandataria brasileña ha hecho también un guiño a varios líderes mundiales, sin especificar cuáles, y a la sociedad, a la que ha agradecido su apoyo en esta crisis.

 

Durante esos 180 días el cargo de presidente será ocupado por Michel Temer, quien fue su vicepresidente y cuyo Gobierno interino evalúa revertir las medidas adoptadas por la mandataria destituida.

 

Sin embargo, tanto Temer como su nuevo gabinete están acusados de varias actividades ilícitas. En ese sentido, 7 de los 23 ministros están procesados o investigados por delitos de corrupción, mientras que 12 recibieron donaciones de empresas vinculadas con el escándalo de lavado de dinero de la estatal Petrobras.

 
Asimismo, las filtraciones de WikiLeaks revelaron que Temer fue informante de la inteligencia estadounidense a través de la embajada de este país en Brasil.

 

La destitución de Dilma Rousseff ha sido condenada por el mandatario de Bolivia, Evo Morales, y por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien calificó la situación como «un golpe de Estado ‘made in USA'». Asimismo, tres países latinoamericanos ―El Salvador, Venezuela y Ecuador― han convocado a sus embajadores en Brasil para expresar su rechazo al acto.

 

En el país, el descontento con el ‘impeachment’ a Rousseff y el Gobierno de Michel Temer se ha manifestado a través de numerosas protestas.

 

(RT)