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La presidenta separada de su cargo, Dilma Rousseff, afirmó en sus alegatos por escrito que la posible interrupción de su mandato representaría un riesgo para todo Brasil, porque un Gobierno sin voto no será respeto y dará pie a la ruptura de la democracia en el país. 

 

Rousseff ratificó que jamás desvió recursos para enriquecimiento propio y que no abandonará la lucha política como pretenden sus detractores. 

 

«Nunca hubo fraude fiscal en mi gestión (de Dilma)», leyó Cardozo. 

 

Los senadores encargados del juicio político contra la mandataria separada de su cargo, Dilma Rousseff, se han encargado de despotricar y cuestionar el legítimo derecho de ésta a no asistir al Congreso. 

 

La mandataria decidió enviar por escrito sus argumentos con su abogado defensor, José Eduardo Cardozo, pues considera que el Senado «se realiza un juego de naipes en su contra». 

 

Eran muchas las expectativas de las últimas semanas sobre la posibilidad de que la suspendida presidenta acudiera en persona a defenderse durante el interrogatorio de la comisión especial, pero sus asesores le recomendaron no hacerlo. Por lo que Cardozo lee una declaración de la mandataria, aunque estará imposibilitado de responder preguntas en su nombre.

 

Sin pruebas que demuestren las acusaciones que llevaron a Rousseff a un impeachment, hoy la defensa presenta los argumentos ante la comisión especial que lleva adelante el proceso que definirá si será separada o no de su cargo de manera definitiva. 

 

Más temprano, la presidenta publicó en su cuenta Twitter que estaba segura de que el presidente interino Michel Temer actuó con Eduardo Cunha para perjudicarla. Asimismo, aprovechó la oportunidad y llamó nuevamente a la democracia y fortaleza. 

 

(teleSUR)

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