Obama hizo llorar y reír a Miami el mismo día. Descorazonó a los más recalcitrantes del exilio cubano al restablecer relaciones con Cuba, pero sublimó de felicidad a los más obtusos del “exilio” venezolano al trasladar a Caracas las pinzas con que apretó a La Habana por 53 años. A los cubanos mayameros les importa un bledo lo que Washington haga ahora contra Caracas. A los mayameros venezolanos ya no les importa mucho la “solidaridad” del despechado exilio cubano. Así es Miami.
(Earle Herrera/CiudadCCS)