La esposa de Henry Ramos Allup, Diana D’Agostino, ofreció una entrevista a Globovision en la que afirmó que «la mejor manera de reconciliar al país es perdonando», al mismo tiempo que aclaró que «cuando venga el Gobierno nuevo tiene que haber justicia».

 

Cabe destacar que ya transcurrieron los seis meses en los que dijo su esposo, el presidente de la Asamblea Nacional, que se instalaría ese «nuevo gobierno» del que ella habla.

 

La exmiss afirmó, por otra parte, que cuando Acción Democrática «estaba abajo» nadie los ayudó. ¿Qué querría decir con eso? Al parecer, desconoce la alternancia de ideologías y de tendencias que se dan en un país en democracia.

 

Con una postura farandulera, D’Agostino dijo que «no hay adeco sifrino», que este es un estereotipo que le ha querido imponer el Gobierno a la tolda blanca». Sin embargo, no omitió que a pesar de haber estado estudiando en la UCV, después se cambió a la Santa María. No obstante, la «humildad» se refleja en los adornos y enseres de la biblioteca de su casa, desde la cual se transmitió la entrevista.

 

Entre otra de sus «raras» aseveraciones, propuso: «los adecos venimos del pueblo lo que pasa es que los adecos tuvieron la oportunidad de estudiar cosa que no se tiene ahora con este Gobierno». Quizás en ese momento no recordó que la creación de la Universidad Bolivariana de Venezuela y las misiones para reivindicar al pueblo en materia de estudios (Robinson I, II y Sucre) nacieron en Revolución, y no bajo el seno de un pacto puntofijista del cual participó su partido político y no hizo sino traer más exclusión al pueblo.

 

En un comentario muy subjetivo, D’Agostino confesó que una de las cosas que más la enamoró de su actual esposo «fue su verbo», el mismo con el que ha atacado no solo a gobernantes, colegas y periodistas, sino también a las mujeres venezolanas.

 

Ante tales declaraciones, juzgue usted mismo.

 

(LaIguana.TV)

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