Para el analista político Oscar Schémel, la oposición está anclada al discurso tradicional de hace 20 años, con la denuncia, la crítica y el cuestionamiento del Gobierno como columna vertebral, pero sin ningún sustento que brinde soluciones a la población.

 

Esto ha devenido en una creciente pérdida del poder de convocatoria de la Mesa de la Unidad (MUD). “Las recientes convocatorias son deprimentes. La asistencia es escasa y también se nota en ella un desaliento”, apuntó el periodista José Vicente Rangel en Los Confidenciales de este domingo.

 

Las marchas pautadas para el 27 de julio resultaron bastante desmotivadoras: en Caracas se estima que no se alcanzaron a reunir ni mil personas; en San Cristóbal, punto de fuerte apoyo a la derecha, no hubo manifestación. La situación fue similar en el resto del país.

 

¿Qué es lo que sucede con las convocatorias de la MUD?

 

Rangel enumeró 4 aspectos que explican el porqué de este escenario:

 

1. Agotamiento del recurso: las marchas que convoca la MUD se ha convertido en rutina y la asistencia carece de estímulos.

 

2. No hay conexión con la población: los temas por los que se invita a marchar no se conectan con las necesidades y reclamos más urgentes del pueblo.

 

3. Cada quien busca su coroto: en el interior de la alianza opositora aumentan las divergencias y cada tendencia se mueve en función de sus particulares propósitos.

 

4. Muchos caciques y pocos indios: el liderazgo personal, que es un elemento que juega como atractivo para asistir a actos públicos, se diluye, prácticamente se evapora.

 

La combinación de estos factores juega un papel demoledor en las manifestaciones, sobre todo ahora que la MUD ha venido implementando una estrategia de amenazar con protestas cuando no se cumplen sus demandas, lo que termina por pervertir la credibilidad de su liderazgo.

 

(LaIguana.TV)

cuadro-four.jpg