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El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, defendió este lunes la decisión de su país de dejar la presidencia del Mercosur y sostuvo que Venezuela formará parte del bloque en tanto no se aplique la cláusula democrática.

 

«Uruguay está en un terreno de respeto de la normativa del bloque, que este país comparte con Argentina, Brasil, Paraguay y Venezuela, como corresponde, y además está abierto al diálogo con todos los países», dijo el mandatario uruguayo al término de una reunión de gabinete, citado por la página oficial de la Presidencia.

 

«Uruguay es un país libre, soberano, que actúa con seriedad y no está sometido a ningún tipo de presiones», dijo Vázquez, luego de que se conociera una reunión de los presidentes de Argentina, Brasil y Paraguay en Rio de Janeiro al margen de los Juegos Olímpicos, en busca de limitar los poderes de Venezuela en el grupo regional.

 

«Existe diálogo a distintos niveles: técnicos, asesores, cancilleres y oportunamente de presidentes», acotó Vázquez, en medio de una de las peores crisis que recuerde el bloque, fundado en 1991 por Uruguay, Argentina, Paraguay y Brasil, y que se desató por el traspaso frustrado de la presidencia rotativa del grupo a Venezuela.
 

 La cláusula democrática 

Hace dos semanas Uruguay puso fin a sus seis meses al frente de la presidencia, puesto de coordinación de la agenda del grupo, y defendió que Venezuela, que le sigue en orden alfabético, la asumiera.

 

 Pero chocó con la oposición de Brasil, Paraguay y Argentina, que se oponen a que Venezuela sea la cara visible del Mercosur en medio de la crisis política que atraviesa ese país, que además no ha acompasado su normativa interna a la del bloque regional, según argumenta Brasilia.

 

  «Venezuela está en el Mercosur (como miembro pleno) y mientras no se decrete la posibilidad de una cláusula democrática estará integrándolo», enfatizó Vázquez.

 

El Mercosur cuenta en su normativa interna con la posibilidad de suspender a alguno de sus socios si los demás consideran que hubo un quiebre institucional que afecta la democracia. La aplicación de esa cláusula no ha sido discutida oficialmente para el caso venezolano, aunque Paraguay ha pedido en palabras de su canciller Eladio Loizaga «que (Venezuela) ponga en libertad a sus presos políticos, que haga gestos que lo comprometan con la democracia».

 

Caracas decidió izar la bandera del Mercosur la semana pasada y considera que asumió el puesto al frente del bloque, hecho que no es reconocido por los demás socios, en una situación inédita que ha tensado las relaciones entre Brasil, Argentina y Paraguay, con Uruguay que quedó solo en su posición, y Venezuela.

 

La semana pasada en un acto oficial, el presidente venezolano Nicolás Maduro dijo que su país es perseguido por los gobiernos de Argentina, Brasil y Paraguay, a los que llamó «la triple alianza de torturadores de Suramérica».

 

«Ahora nos persigue (…) la oligarquía paraguaya, corrupta y narcotraficante. Ahora nos persigue el demacrado (presidente Mauricio) Macri de Argentina, fracasado, repudiado por su pueblo. Y ahora nos persigue la dictadura impuesta en Brasil», dijo Maduro.

 

Al día siguiente, una reunión de coordinadores del bloque en Montevideo no tuvo presencia venezolana y no logró deshacer el nudo político que ata al Mercosur.

 

Este lunes, Vázquez dijo que la situación del bloque comercial «es preocupante» pero consideró que «no está paralizado». Para sostener este argumento, puso el ejemplo de las gestiones para un tratado de libre comercio con la Unión Europea, que precisamente coordina su país y en las que Venezuela no participa.

 

Desde que estalló la crisis sin embargo, se han producido varias expresiones de preocupación por el futuro de esas negociaciones.

 

En 25 años, el Mercosur enfrentó varias crisis; dos de las más importantes tuvieron a Venezuela como protagonista. La primera fue el ingreso de Caracas al bloque en 2012, decidido por los socios con Paraguay suspendido de sus funciones luego de un juicio político que terminó en la destitución del entonces presidente paraguayo Fernando Lugo. El ingreso se produjo sin el voto de Paraguay, cuyo Senado no había votado la entrada de Venezuela.

 

La segunda gran crisis del Mercosur es la actual discrepancia sobre la asunción de Venezuela a la presidencia rotativa del grupo.

 

(Panorama)