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De oro, como su caballo pasitrotero, así es la valía del cantautor Reynaldo Armas para Venezuela. También lleva, como su zaino, un lucero en la frente, que ha alumbrado la música llanera durante cuatro décadas.

 

El Teatro Teresa Carreño, templo de los grandes conciertos del país,  está listo para recibir al Rucio Moro con la fiesta de sus cuatro décadas de trayectoria artística, el 24 de septiembre a  las 8:00pm, en la Sala Ríos Reyna. 

 

El “Caballo de Oro” celebrará como mejor sabe: cantando.  

 

“Yo prefiero hacer un evento primero, donde contaré parte de lo que viví cuando hacía cada canción. También quiero hacer un libro, pero no biográfico, sino un cancionero didáctico. El documental pudiera ser más adelante”.
También dará un concierto por su aniversario  40  de labores, el 25 de agosto  en el Teatro Astor Plaza de Colombia. 

 

“Allí estaré porque ese país es mi segundo hogar, mi mercado paralelo. De allí vino mi postulación al Premio Grammy Latino en el año 2013, cuando ganamos”, el intérprete de “La quiero y qué”, habla en plural pues aseguró a PANORAMA que su galardón, aunque le cambió la vida, es de su país.

 

“Desde entonces mi vida se dividió en un antes y después. Aunque en mi personalidad sigo siendo el mismo, el Grammy fue como encender una mecha en mí para seguir soñando y trabajando. Ahora es cuánto tengo que dar”. 

 

El gramófono dorado llegó por disco número 30, lo que genera mayor expectativa con el número 31.

 

“Del nuevo disco vamos a lanzar en un mes dos temas promocionales: Que nos entierren juntitos y Los pesares del querer. El primero es un pasaje y el segundo un golpe. El primero llevará a un video que haremos en la frontera, entre Apure y el Departamento del Bichada, en un lugar que se llama PuertoCarreño. Tiene llano y selva. La madre naturaleza es allí imponente”.

 

El cantante expresó que aunque cree en la evolución de la música, él seguirá trabajando con los ritmos tradicionales venezolanos. «Mi innovación en el nuevo disco va a ser en las canciones, pero seguirá sonando el arpa, el cuatro y las maracas».

 

El nuevo tema de «Que nos entierren juntitos» tiene un trasfondo basado en las raíces  y en la concepción de amor de pareja que tiene el cantante.

 

«Se trata de un clamor por morir junto a la persona amada -contó-. Me inspiré en mis padres, que están enterrados juntos en Zaraza, donde me crié. Ellos se separaron cuando yo tenía cuatro años y estaban enterrados uno por un lado y el otro por el otro. Pero yo mandé a desenterrar el año pasado a papá de donde estaba y lo puse encima de mi mamá en Zaraza, no al lado, encima. Porque en el fondo ellos nunca se dejaron de amar y 57 años después, volvieron a estar juntos para la eternidad. Yo creo en el amor eterno».

 

La agenda de presentaciones de Reynaldo Armas incluye una en el Fórum de Valencia. Será el venidero  27 de agosto y compartirá tarima  con Rummy Olivo, Jorge Guerrero y Alí Cabello.

 

«Yo participo en todos los proyectos de artistas amigos que me convocan. Eso sí, respetando siempre mi estilo. Sin parecerme a nadie, sino a mí mismo».

 

De su participación en una canción, aún inédita,  del zuliano Abdénago Neguito Borjas, dedicada a Venezuela, contó: “Hicimos una parte en un estudio de Caracas y otra parte en mi casa. Es una canción hermosa, adaptada a los  tiempos que vive el país, donde es tan necesario amarlo”.

 

A esa necesidad de amor al país, Armas le da una explicación: “Hay mucha gente que ama a Venezuela de los dientes para afuera. La cultura del trabajo se ha perdido, y el venezolano fue siempre muy trabajador. La mayoría de los problemas se solucionan con perseverancia. Hay que tener fe en el trabajo”.
  

 
(Panorama)

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