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Andrea Sierra Salazar es una mexicana de 17 años que vive en Estados Unidos y su padecimiento de cáncer la ha convertido en una inspiración para muchas personas alrededor del mundo.

 

Después de que le detectaran dos tumores cerca de la clavícula y el tórax, la joven mexicana residente de McAllen, Texas, empezó a buscar actividades para distraerse y contrató fotógrafos para hacer sesiones como modelo.

 

«Muchas se sienten avergonzadas, porque vivimos en un mundo en el que el cabello es muy importante, y cuando lo pierden piensan que ya no son bellas», declaró en entrevista con la cadena Univisión.

 

Cuando conoció al fotógrafo Gerardo Garmendia no sabía que su imagen la llevaría a recorrer el mundo. «Quedé en ver a Andrea un día. Hicimos una primera sesión de fotos, pero con la peluca».

 

Semanas después le mandé una foto por Facebook de una modelo sin pelo y le pregunté: ‘¿Te atreverías a hacer algo así?'», relató el fotógrafo.

 

«Aún no había aprendido a aceptar el hecho de que perdería el cabello y que debía amarme a mí misma», señaló Andrea y agregó que «cuando Gerardo me lo propuso, en ese momento no me sentía tan segura de mí misma».

 

Un día, Andrea le dijo a su madre que se animaría a hacer la sesión de fotos con Gerardo, y esta vez sin su peluca.

 

«Me vino del corazón. Fue una sensación distinta, algo muy especial para mí. Sin la peluca, me sentía libre», dijo.

 

Cuando Andrea vio a su largo cabello negro cayendo a causa de la quimioterapia, comenzó a perder la confianza en ella misma, pero su madre tuvo la brillante idea de tomarle varias fotografías para que su hija se sintiera hermosa con o sin cabello.

 

La joven modelo mexicana sufre de un tipo de cáncer en la sangre que se caracteriza por el crecimiento incontrolado de glóbulos blancos anormales.

 

Actualmente, sus fotografías han conseguido que personas de países como Alemania, Noruega y Australia contacten a la mexicana para mostrar su apoyo, y en algunos casos, para agradecer por ser una inspiración para personas que se encuentran en situaciones similares.

 

Además, distintas compañías han buscado a Sierra para que se convierta en la cara de campañas, no solo de publicidad, sino de fondos contra el cáncer.

 

«No lo voy a negar, la quimioterapia es dura, y al estar ahí en la cama sin hacer nada empiezas a pensar sobre la enfermedad, que me encuentro mal, las náuseas… Las sesiones de fotos fueron una manera de distraerme y esperar con ganas a que llegara el día siguiente», confesó. 

 

Hoy, Andrea se pasea sin su peluca, asiste a la escuela y continúa con su quimioterapia de manera regular.

 

«La época más difícil de mi vida también se ha convertido en una de las mejores para mí», concluyó.

 

(RT)

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