mouse-c.jpg

¿Habrá o no referendo revocatorio este año en Venezuela? El chavismo dice que no, la oposición insiste en que sí. La ley, por su parte, tiene sus letras pequeñas.

 

En agosto de este año, la rectora del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, enfatizó: «Los lapsos no se pueden atropellar». Porque es allí donde está el carozo del asunto: en los tiempos para que se cumplan o no los requisitos establecidos en la ley para convocar el mecanismo de consulta.

 

Según el artículo 233 de la Constitución venezolana, si el revocatorio presidencial se convoca después que hayan pasado cuatro años del mandato, la primera magistratura es asumida por el Vicepresidente Ejecutivo, que en este caso es Aristóbulo Istúriz. Es decir, incluso si la consulta se hace en 2017 y Nicolás Maduro pierde, el chavismo seguirá gobernado -al menos- hasta 2019.

 

Por eso la derecha ha amenazado con hacer movilizaciones para presionar la celebración del revocatorio en 2016. El pasado lunes, el secretario general de la alianza opositora, Jesús Torrealba, dijo: «Esta semana es crucial para nuestro país. Las alternativas aquí son dos: Se cumple la ley o no tendremos otra salida que salir a protestar contundentemente».

 

Por su parte, el chavismo ha reiterado que este año no habrá revocatorio. «El revocatorio es un fraude, hay delincuentes y fallecidos firmando, hay más de 8.000 denuncias en el país», respondió a Torrealba el Vicepresidente de Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Diosdado Cabello.

 

Mientras tanto, el CNE mantiene su palabra: a finales de octubre, si se cumplen los requisitos, se iniciará la recolección del 20% de las firmas para activar la consulta. Después de eso, vendrán los lapsos de verificación (que pueden tardar casi 30 días hábiles) y luego los 90 días previstos en la ley para la convocatoria. Los plazos, en el panorama más esperanzador para la derecha, ponen el revocatorio para entre enero y marzo de 2017.

 

Es tarde

 

La oposición había previsto una manifestación para este jueves. Sin embargo, antes que terminara la jornada del lunes, Torrealba anunció un cambio de planes: «Ante la posposición del pronunciamiento del Consejo Nacional Electoral (…) para el próximo viernes, hemos decidido correr nuestra jornada nacional de protesta también para ese día», refiere el diario El Carabobeño.

 

Torrealba insiste en que el CNE dé la fecha para la recolección de firmas, pero ese dato se sabe desde agosto, cuando la presidenta del Poder Electoral anunció que sería a finales de octubre, de acuerdo al cronograma. En una rueda de prensa, el dirigente de la MUD dijo que celebraría si el CNE adelanta los plazos pero que, en caso contrario, llamaría a movilizaciones para calentar la calle: «Den la fecha del 20%; finales de octubre es muy tarde», sostuvo el secretario de la alianza de derecha, citado ayer por El Informador.

 

La semana pasada, la rectora del Poder Electoral Socorro Hernández lamentó que la oposición no hable claro a su militancia y genere falsas expectativas sobre el proceso: «con esa presión confunden a sus seguidores porque les están diciendo una cosa que no es cierta, les están diciendo que no tienen una información que sí tienen, porque ellos saben que es la última semana de octubre», destaca AVN. La fecha aparece hasta en la página web del CNE.

 

La razón de la prisa es clara: los plazos no dan para que el revocatorio se celebre este año. Es tarde. La única opción que tendría la derecha para «salir» del chavismo antes de 2019 es la violencia. La ex diputada de derecha María Corina Machado dijo, hace unos días, que no contaran con ella si el proceso no se hacía este año, su opción es convocar a la desobediencia civil para «cambiar al Gobierno cuánto antes», reseña el diario El Carabobeño.

 

Tentativa de golpe

 

En las últimas semanas, las trompetas de golpe de Estado han sonado con más fuerza en Venezuela. El presidente Nicolás Maduro alertó que la derecha, con apoyo de EE.UU., pretendía generar una agenda de violencia el pasado 1 de septiembre que fue desarticulada por su gobierno.

 

A principios de este mes la oposición convocó a una movilización en el este de la ciudad capital. En la víspera, las autoridades desmantelaron varios grupos de paramilitares. El ministro de Interior, Néstor Reverol, también reveló el comiso de armas, facsímiles de uniformes militares y artefactos explosivos que estaban en posesión de dirigentes de derecha.

 

Ante ese escenario, la apuesta del Ejecutivo ha sido llamar al diálogo. El pasado fin de semana, Maduro se reunió con la comisión -encabezada por el ex mandatario español, José Luis Rodríguez Zapatero- que busca tender puentes con la oposición. 

 

Con ese mismo propósito llegará esta semana el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper. La necesidad de una agenda de paz entre la oposición y el gobierno, que estará en el poder al menos dos años más, resulta ineludible.

 

«He convocado a Unasur, Samper vendrá en los próximos días para que nos ayuden a facilitar las tareas de diálogos, conversaciones para que se cumpla la Constitución y haya paz, para que haya legalidad y para ir logrando un punto donde podamos detener la cultura del odio y la intolerancia», indicó Maduro el sábado, citado por el Correo del Orinoco. 

 

Ni pacto ni negociación

 

Pero sentarse a la mesa no es una tarea fácil. Una vez que se anunció la reanudación del diálogo, el secretario general de la alianza de derecha condicionó su participación al adelanto de la fehca del revocatorio.

 

Cabello descartó que esté abierta la posibilidad de «negociar» con la oposición la fecha del referendo porque esa decisión le compete al Poder Electoral: «Es totalmente falso, la única manera que haya Referendo es que cumpla con los requisitos de la Constitución y la ley, hasta ahora no lo han cumplido», dijo el vicepresidente del Psuv, según declaraciones recogidas por El Universal.

 

Para el chavismo, los únicos puntos a abordar con la oposición son: el bienestar del país, la paz, la justicia y la verdad, el fortalecimiento de la economía, la convivencia institucional y la preservación del Estado de derecho.

 

Si la oposición sigue firme en su determinación de ir a revocatorio en 2017, deben cumplirse dos condiciones que validen la consulta: que asista 25% del padrón electoral a las urnas y que obtengan más votos que los que convirtieron a Maduro en presidente, es decir, 7.587.579 voluntades.

 

El CNE todavía debe anunciar si la recolección del 20% de las firmas se hará estado por estado o a nivel nacional. La oposición clama por la segunda opción porque, en las entidades donde predomina el chavismo, no creen que puedan recolectar la cantidad de rúbricas necesarias.

 

El artículo 72 de la Constitución reza que, una vez transcurrida la mitad del período, «no menos del 20% de los electores inscritos en la correspondiente circunscripción podrá solicitar la convocatoria de un referendo para revocar su mandato». 

 

(RT)