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La periodista y profesora universitaria Cristina González es una de las voces más autorizadas en el campo de la información internacional desde la óptica revolucionaria. Con ese aval, analizó para La Iguana.TV la reciente decisión de los países fundadores del Mercado Común del Sur (Mercosur), de poner en observación a Venezuela, y eventualmente de excluirla del mecanismo diplomático. Para González esto no necesariamente es algo negativo, pues a su juicio ya Mercosur ha dejado de ser el bloque que podía proteger a parte de Suramérica de los esfuerzos de Estados Unidos y sus aliados por engullir a esta rica zona del planeta. “Ya no vale desperdiciar tiempo en eso”, dice González, moderadora de varios programas radiales, entre ellos Las calderas del miedo, un espacio declaradamente reservado a conspiranoicos.

 

A continuación, el diálogo completo con el periodista Clodovaldo Hernández:

 

-¿Cómo evalúa la decisión de los países fundadores del Mercosur sobre la continuidad de Venezuela en este bloque?

 

-Yo creo que es clarísimo que ha habido todo un cambio de intención. El presidente Chávez inspiraba la necesidad de estar unidos frente a bloques como los que siempre inventa Estados Unidos para negociar con los otros países y controlar sus economías. Él ofrecía argumentos muy coherentes al respecto. Mercosur era importante porque nos había protegido de esos esfuerzos de Estados Unidos por dominar las relaciones económicas internacionales. Sin embargo, la realidad es que con los cambios políticos de los últimos tiempos, ya eso dejó de ser así, ya no nos protege más. Desde el momento en que tenemos a países como Argentina y Brasil comprometidos con la política imperial, eso ya pasó a estar bajo control de EEUU. Ya no vale la pena desperdiciar tiempo en eso. Hay que reforzar muchísimo la relación con los No Alineados porque a mí me parece que el mecanismo del BRICS (alianza de los países emergentes Brasil, Rusia, India, China, Suráfrica) está también guindando.

 

-Venezuela dejó la Comunidad Andina para ingresar a Mercosur, ¿no se quedará ahora sin nada, con las manos vacías?

 

-A mí me parece mejor. Cuando tienes que devolverte de un compromiso internacional, lo mejor es revisar bien lo que vas a hacer. Me parece muy inteligente darle fuerza al Movimiento de los No Alineados, que es una organización con muchos años de experiencia que tuvo un protagonismo importante en el mundo cuando asistían líderes como Fidel Castro y prácticamente se dictaban políticas antiimperialistas. Es hora de que nos respeten y hay que hacérselo ver a los imperios violadores de todos los derechos. Está claro que esto que ocurre en Mercosur es una expresión de los intereses oscuros del sionismo, del mundo financiero que controla la economía y los medios de comunicación y, con ellos, la opinión pública. Señores como (Mauricio) Macri y (Michel) Temer no son sino figuras de esa gran conspiración internacional. En el caso de Venezuela nos agota esa campaña y también la guerra económica, la falta de comida, tantas cosas.

 

-¿Qué opina del rol que ha tenido la oposición venezolana en este revés en el Mercosur?

 

-Bueno, en general, la oposición está haciendo mucho espectáculo, pero saben que no van para ninguna parte. Por eso tienen a un señor muy bocón y urticante, como Ramos Allup, pero al mismo tiempo están participando en un diálogo. Sabemos que hay figuras de la primera línea de la Revolución, tal vez por su pasado adeco,  que se están reuniendo con representantes de Acción Democrática.

 

-Pero, específicamente, la pregunta va en torno al papel de la oposición en el tema del Mercosur, pues ha habido varios representantes opositores que han estado muy activos, sembrando cizaña en toda Suramérica, para lograr que se tomara esta decisión que se tomó finalmente con Venezuela.

 

-Lo que eso demuestra es que los países de Suramérica retrocedieron. Los movimientos progresistas están en un momento de terror, en el que sienten que la derecha está llevándoselos por delante, y, en cierto modo, por eso mismo es que se los lleva por delante. Aparte de eso, la izquierda o el pensamiento más sensible o eso que llaman el populismo de izquierda, ahora pasó a ser populismo de derecha. Entonces, paisitos como Uruguay siempre han tenido un pie en un lado y otro pie en el otro lado, incluso cuando tuvieron un presidente como (José “Pepe”) Mujica, que hizo cosas muy contradictorias. Es que tienen miedo porque no es lo mismo tener tres millones de habitantes que 250 millones. La oposición venezolana le agarró la caída, se dio cuenta de Uruguay era muy fácil de penetrar. Lo que tenemos que hacer es cuidarnos de esos países del sur, aplicar una diplomacia muy atinada y paciente. Ellos son conservadores y elegantes y hay que utilizar ese mismo estilo. La oposición está aprovechándose de personajes que tienen control en los medios de comunicación, que es un elemento clave en el momento.

 

-¿Qué cree que va a pasar ahora en otras organizaciones en las que Venezuela ha tenido un gran protagonismo, de las que ha sido fundadora, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) y la Unión de Naciones de Suramérica (Unasur)?

 

-Yo creo que van a persistir porque la presencia de Chávez y de su energía es demasiado potente, pero además porque no hay nada más incierto en estos momentos que EEUU, con los dos candidatos que se van a disputar la presidencia. Los países en general van a hacer lo mismo que ha hecho Uruguay: tener un pie en este lado y otro pie en el otro. Eso permitirá que preservemos esas instituciones. En el caso de la Unasur habrá dificultades porque tenemos cuatro países muy peligrosos: Colombia, Perú, Chile y Paraguay. Y lo peor es que ni siquiera se trata de problemas políticos, sino de asuntos personales y hasta pasionales. En Unasur ha faltado determinación. Como decía el presidente (Rafael) Correa en estos días, ¿hasta cuándo vamos a esperar para crear el Banco del Sur, si eso era lo primero que debíamos haber hecho? Hay que reconstruir la diplomacia en estos países porque, además, en un momento como este, lamentablemente, un montón de dólares hace bastante efecto cuando se le pone a competir contra los valores de la gente. En todo caso, yo creo que Celac y ALBA van a mantenerse y tenemos que luchar durísimo porque se mantengan porque si no nos integramos en bloque nunca vamos a poder enfrentar a ningún imperio, ni al gringo ni al chino ni al ruso. Somos un continente con mucha potencia, pero separados somos muy poco.

 

-Usted valora el peso que tiene la memoria del presidente Chávez en esta arquitectura diplomática latinoamericana. Ahora bien, desde que él murió comenzó la ola de retorno de la derecha al poder en varios países. ¿Hay una conexión entre los dos hechos?

 

-Como no, claro que la hay. Pero es porque la fuerza era de Chávez. Él era arrollador, su función fue venir y desenmascarar. Por eso es imperdonable que no lo hayamos y cuidado lo suficiente. Es más, afirmo que nos merecemos lo que nos está pasando. Hubo demasiado descuido, se permitió que Chávez se expusiera excesivamente y eso  facilitó que fuera asesinado. Yo estoy convencida de que fue asesinado. A partir de allí se desmoronó la pasión, la entrega que generaba su credibilidad. Él podía combatir esa energía destructora de las fuerzas imperiales, tenía esa particularidad y se la despertó mucho al pueblo venezolano. Creo que en lo que a nosotros respecta, eso no va a morir, el pueblo venezolano está despierto. Pero hay que seguir adelante y tener mucho cuidado con lo que se dice, en no caer en lugares comunes y en el facilismo. Figuras muy extraordinarias, como Fidel y Chávez no son fáciles de imitar y de seguir su misión…  Por eso, todos los días pienso en el momento en que nos digan que Fidel no va a estar, pues ese será otro hito difícil de superar. Sin embargo, hay que hacerlo, hay que convertirse en lo que haya que convertirse para que esto no sea una vuelta atrás total. Me preocupa que estén ocurriendo cosas que ya nos pasaron antes, pero que las estemos asumiendo como si fueran nuevas, sencillamente porque hay mucha gente joven que no las vivió.

 

-¿Qué cree que va a pasar en los próximos tiempos, cuando Venezuela es el enclave más amenazado? En la eventualidad de que también se pierda la Revolución Bolivariana, ¿cuál sería un tiempo de recuperación de las fuerzas populares?

 

-Yo no tengo temor. Desde que Simón Bolívar nos liberó y nosotros nos quedamos liberados, independientemente del sentido que se le quiera dar a la palabra libertad, nos hizo indómitos. Cuando se ve todo lo que hicieron Miranda, Bolívar y Sucre y cuando se ve cómo Venezuela fue capaz de enfrentar un 11 de abril, y responder con un 13, queda claro que la semilla indómita sigue estando allí. Yo no creo que seamos fáciles de dominar y controlar ya más nunca. Esto no tiene vuelta atrás. Lo que puede ocurrir es que haya olas de generaciones que no estén muy claras en lo que está pasando y que los jóvenes terminen sirviéndoles de parapetos a estos grupos que quieren dominar. Pero el pueblo, el pueblo-pueblo, el pueblo profundo está clarísimo, ya no retrocede. Lo que es urgente es formar una generación de relevo que siga adelante con esta lucha. No podemos volver a depender de nada, pues ya vemos que las grandes corporaciones siguen alineándose para matar de hambre a la gente. Si queremos un ejemplo, podemos ver cómo la Bayer acaba de comprar a la Monsanto y va a controlar la alimentación mundial. Lo que vendrá es el hambre pareja.

 

(Clodovaldo Hernández)