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Si uno se sale del contexto político mexicano del momento, un beso entre la cantante mexicana María León y Ana Torroja podría entenderse como la versión latina de aquel de Britney Spears y Madonna, y que vivan los memes. Pero el polémico gesto que protagonizaron las artistas en un concierto de la exvocalista de Mecano en México iba más allá. Este sábado marchan por el centro de la capital mexicana los seguidores de la ultraderecha y la Iglesia en contra de los matrimonios entre parejas homosexuales y ellas quisieron lanzarles un mensaje: «Nos besamos para defender la diversidad sexual y el respeto», revela María León en una entrevista a este diario.

 

«Todo estuvo planeado desde el principio», añade la cantante mexicana. El espectáculo de Ana Torroja se diseñó para que subieran a cantar con ella otros artistas nacionales, como Los Ángeles Azules o Río Roma, diferentes canciones de Mecano y de su carrera como solista. Pero cuando llegaran a la parte de la famosa Mujer contra mujer, símbolo de la lucha por los derechos de la comunidad gay, había que hacer algo más: «Aunque la letra es bastante evidente y ha sido un himno contra la censura desde el 88, quisimos que el mensaje tuviera más fuerza, que fuera más contundente. Por eso coincidimos en el beso», explica León, vocalista también del grupo mexicano Playa Limbo.

 

«En México tenemos todavía una doble moral. Es complicado convencer a todo el mundo de ser tolerante y creo que la falta de respeto parte de la ignorancia. Ha habido todo tipo de comentarios después del beso, pero Ana lleva años defendiendo esta postura y yo también, por eso quisimos, desde nuestra tarima como artistas, dar un beso a favor del amor de cualquier tipo», añade León.

 

La imagen de las dos besándose sobre el escenario del Auditorio Nacional en la Ciudad de México fue tendencia en las redes sociales durante varios días, en los que las posturas a favor y en contra de la diversidad sexual han sacudido al país. Este sábado también está convocada una marcha, que coincide con la del Frente Nacional por la Familia, para reivindicar la lucha por los derechos de los homosexuales. La capital se ha erigido como el bastión de la comunidad gay desde que en 2010 se convirtió en la primera ciudad de Latinoamérica en avalar el matrimonio homosexual.

 

Por las calles de la capital, una multitud se manifiesta no sólo contra el matrimonio homosexual, sino contra la laicidad del Estado. Alentados por el ala más radical de la jerarquía católica, decenas de miles de personas exigen una reforma constitucional que blinde su concepción retrógrada de la familia y que abra la educación a la Iglesia. El beso entre estas dos artistas ha supuesto una respuesta polémica a un debate que los sectores más conservadores de México se han empeñado en resucitar.

 

(elpais.com)

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