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Cuando ya han pasado 41 años desde que murió el escritor y poeta Pablo Neruda, las dudas sobre la razón de su fallecimiento comienzan a aparecer y la hipótesis de que fue el Cáncer el detonante de su partida ha quedado en el pasado, pues hay indicios de que fue asesinado por tener siempre esa voz rebelde y activa antes las injusticias del mundo, en especial las de Chile, país donde nació.

 

Este miércoles el Gobierno Chileno anunció que investiga la muerte del Nobel y aseguró que se efectuarán peritajes genéticos, a cargo de un panel de expertos españoles y chilenos, para determinar si murió de cáncer o fue asesinado.

 

«Existen antecedentes en la causa de que él habría sido envenenado y en ese sentido, esos indicios, apuntan a la intervención de determinados agentes (represivos). Por lo tanto existen antecedentes de que constituiría o podría constituir un crimen de lesa humanidad», sentenció en rueda de prensa Francisco Ugás, secretario ejecutivo del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior de Chile.

 

Por su parte, AP reseñó que el abogado Rodrigo Lledó, del área jurídica del Programa, añadió: «Pablo Neruda no muere de cáncer, si bien él tenía cáncer y estaba afectado de cáncer, la causa de muerte hoy día es desconocida. Lo que hoy se está intentando con estas nuevas pericias es ver el daño celular que podría haber provocado un veneno que ya no está presente en el cuerpo».

 

El Dato…

 

La agencia de noticias Ap también recordó que muchos son los que apuestan a que terceros intervinieron en el deceso del poeta, ocurrido 12 días después del golpe militar de 1973 y a menos de un día de que Neruda marchara al exilio en México. Sumado a esto Neruda murió en la misma clínica privada donde años después agentes represivos envenenaron al expresidente Eduardo Frei Montalva (1964-1970), según investigaciones judiciales.

 

Con estos datos, no hay duda de que las investigaciones deben continuar, a pesar de que las pruebas de toxicología realizadas en 2013 resultaron negativas, pues en un comunicado firmado por el Programa de Derechos Humanos se expone que los exámenes «no permiten descartar ni confirmar la posibilidad de que horas antes de su fallecimiento el paciente pudiera haber recibido algún agente (químico, biológico o radioactivo) que posteriormente perjudicara su estado de salud, en forma aguda».

 

«La causa de muerte de Pablo Neruda no es clara y, por tanto, la familia, el país y el mundo entero tiene derecho a conocer la verdad», aseguró Lledó.

 

Deuda histórica

 

La izquierda mundial en más de una ocasión ha exigido que se esclarezca este caso. Para nadie es un secreto que Neruda se opuso a dictadura de Augusto Pinochet y que lograra el exilio en aquel momento histórico, significaba que un portavoz de la justicia comenzaría a clamar por la libertad de Chile en el mundo.

 

La versión oficial del régimen militar (1973-1990) fue que Neruda murió de cáncer de próstata, pero su certificado de defunción indica que tenía caquexia, una desnutrición extrema originada en una muy rápida baja de peso que ocasiona una debilidad que impide incluso moverse. Martínez Corbalá dijo a AP que vio a Neruda un día antes de su muerte y estaba gordo como siempre, con más de 100 kilos de peso, por lo que una vez más las mentiras salen a la luz.

 

Existe una deuda histórica que debe ser subsanada, ya basta de que los grandes imperios y las grandes élites callen las voces de los que creen en un mundo más equitativo. La justicia ganará la partida, porque como dice el cantor revolucionario Alí Primera: “Los que mueren por la vida, no pueden llamarse muertos”.

 

(LaIguana.TV/Agencias)