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Este miércoles salió a flote otro capítulo del pique que, desde hace tiempo, existe entre Jesús Torrealba y Henry Ramos Allup por el control de la Mesa mal llamada democrática y que cada vez parece tener menos de unidad. La permanencia de la MUD en el diálogo fue el espacio para montar sobre el ring a Chúo y a su contendor, el no menos famoso y pavoso, Henry.

 

Para Ramos Allup, el recurso del diálogo no tiene patente para ir al infinito.Con la chabacanería que lo caracteriza, volvió a amenazar con abandonar el acercamiento a las autoridades gubernamentales si es que a su juicio no se producen resultados inmediatos que, como sabe la opinión pública, violarían todas las normas incluyendo a la más importante de ella como en la Constitución nacional.

 

En la otra esquina está el también antipático Torrealba, quien este mismo día declaró, pero en sentido contrario a Ramos, al indicar que sí seguirán en la mesa de diálogo, cosa que no deja de sorprender puesto que hace días ratificó públicamente la disposición de patear la mesa y traicionar así la confianza depositada por el Papa Francisco en torno a este asunto.

 

Los roces, entre estos dos fatídicos seres del submundo de la oposición nacional, comenzaron desde el mismo día en que Torrealba fue designado secretario de la MUD en septiembre de 2014 para sustituir a Ramón Guillermo Aveledo.

 

Esa vez, Allup precisó que el susodicho no sería vocero de la organización sino que “se encargará de solo procesos administrativos”,estando entre ellos el “ordenamiento de debates, derecho de palabra y reuniones” porque a su juicio la secretaría se había “redimensionado”.

 

El pasar del tiempo ha demostrado cuál es la realidad del asunto.

 

(RadioMundial)

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