Miles de cubanos desfilan en silencio este lunes por la Plaza de la Revolución, la tribuna que más amó Fidel Castro, para rendir el primer homenaje al histórico líder de la isla cuyas cenizas no han sido exhibidas.

 

La peregrinación al corazón político de La Habana donde Castro sedujo a multitudes con sus maratónicos discursos, y no pocas veces retó a Estados Unidos, abrió una semana de tributo al padre de la Revolución que falleció el viernes a los 90 años.

 

Las honras fúnebres iniciaron con 21 salvas de cañón.

 

Los cubanos ingresaban uno a uno al memorial José Martí, donde se levanta un sobrio altar de flores con la imagen de un Fidel de barba negra, erguido, con morral de guerrillero.

 

“Vengo con toda mi familia al mismo lugar que vine de niño a escucharlo muchas veces y traigo a mis hijos que algún día comprenderán y sabrán que estuvieron aquí a rendirle homenaje a su comandante“, dijo Amílcar Ramos, de 33 años.

 

Este trabajador de una firma extranjera llegó con sus pequeños de 7 y 3 años. Junto a él había médicos, militares y gente del común. Muchos con flores en las manos, aguardaban su momento de pasar frente al retrato de Castro custodiado por una guardia de honor.

 

Los cubanos esperaban poder rendir tributo a las cenizas del hombre que gobernó sin concesiones durante 48 años, antes de que una enfermedad lo obligara a ceder el poder en 2006 a su hermano Raúl.

 

Pero el gobierno, que mantiene en reserva los detalles de la muerte de Raúl Castro, no exhibió los restos, como había sugerido.

 

“No sabía que no estaban las cenizas, me enteraré cuando llegué allí. Aun así lo importante es estar aquí y rendirle homenaje“, sostuvo emocionado Alberto González, un médico de 63 años que vestía su bata blanca.

 

(EFE)

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