cuadro-des.jpg

Hace 13 años sectores de la derecha apostó por destruir la industria petrolera y la economía del país como vía para derrocar por la vía de un golpe económico al gobierno del comandante Hugo Chávez y detener el avance de la Revolución Bolivariana.

 

El plan conspirativo, que inició como un «paro cívico» el 2 de diciembre y  derrotado 63 días después, se produjo a siete meses del golpe de Estado del 11 de abril de 2002,  y fue orquestado por las cúpulas empresariales, partidos de oposición aglutinados en la extinta Coordinadora Democrática (hoy auto denominada Mesa de la Unidad), el sindicalismo tradicional y dueños de empresas de comunicación.

 

Estos son los mismos actores que en la actualidad celebran la baja del precio del petróleo, mantienen una guerra económica contra el pueblo venezolano, y promueven un bloqueo financiero a la nación.

 

Para derrocar al Gobierno constitucional de Chávez, estos agentes provocaron un boicot marítimo y aéreo, financiero y tecnológico, que paralizó las actividades en los puertos, y secuestró los tanqueros de la flota de Petróleos de Venezuela (Pdvsa).

 

El ataque a la petrolera nacional se centró en desabastecer el mercado interno de combustible y gas, paralizar la exportación de crudo, generar desabastecimiento de alimentos y bloquear las cuentas de la estatal petrolera para quebrar al Estado y generar un estallido social.

 

«Nos atacaron refinerías, centros de distribución, de llenado, las líneas de transporte para distribuir el combustible, todo eso lo sabotearon, llegaron hasta dañar las gandolas. Luego los barcos los pararon en el Caribe y nos hicieron un autobloqueo; ellos estaban convencidos, pero otra vez se equivocaron», recordó el comandante Chávez durante el Aló, Presidente 138, transmitido el 9 de febrero de 2003, desde la Refinería El Palito, en el estado Carabobo.

 

El plan desestabilizador tuvo como objetivo detener todos los avances alcanzados por la revolución en materia petrolera como la Ley Orgánica de Hidrocarburos, aprobada vía Habilitante en noviembre de 2011. Esa Ley estableció que las regalías petroleras que deben pagar las empresas transnacionales pasaran de 1% a 33,3%, el Impuesto Sobre la Renta (ISLR) en actividades petroleras se incrementó de 34% a 50%, se implementó un impuesto de extracción de 33,33%; y se garantizó una participación de Pdvsa de al menos 60% en los proyectos y empresas mixtas.

 

Estas medidas revirtieron la política anti soberana denominada «apertura petrolera», impulsada por los gobiernos neoliberales de la década de 1990, para entregar la industria petrolera a compañías transnacionales, aumentar indiscriminadamente los volúmenes de producción y disminuir los ingresos fiscales, para justificar una gradual privatización.

 

Pérdidas millonarias

 

Durante los 63 días del paro, Venezuela interrumpió su papel de proveedor confiable de crudo y combustible.

 

Los informes de Pdvsa reflejan que el sabotaje petrolero produjo una contracción en el Producto Interno Bruto (PIB) de 15,8 % durante el cuarto trimestre de 2002, y de 24, 9% durante el primer trimestre de 2003, mientras que el PIB petrolero cayó en 25,9% y 39,3%, respectivamente.

 

Las pérdidas por ventas no realizadas alcanzaron más de 14.430 millones de dólares, lo que ocasionó una baja de 9.998 millones de dólares en la capacidad contributiva de la empresa y sus filiales al fisco nacional.

 

La falta de suministro energético afectó la producción de las empresas básicas de Guayana y las actividades en las refinerías de El Palito (Carabobo) y Paraguaná (Falcón).

 

También se produjo la caída abrupta de las reservas internacionales en divisas, del Fondo para la Estabilización Macroeconómica.

 

Pese a esas acciones, el gobierno pronto aseguró el suministro de alimentos y servicios básicos a la población, mientras que los promotores del paro dejaron a sus seguidores a su suerte.

 

En el Aló, Presidente número 138, el líder revolucionario, Hugo Chávez resaltó que la conciencia política y social del pueblo y de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) permitieron derrotar las acciones criminales y desestabilizadoras de la derecha.

 

«Jugaron otras cartas (…) nos tiraron a sacar, pero aquí estamos hoy más fortalecidos que ayer, hemos derrotado el golpe petrolero, económico, fascista y terrorista (…) obtuvimos unidos la victoria contundente de la patria, victoria petrolera, victoria moral, victoria civil, victoria militar, victoria obrera, la victoria popular, la victoria, la victoria y la victoria: ese es el camino del pueblo venezolano de hoy, de la patria», expresó en referencia al triunfo revolucionario sobre el sabotaje.

 

La nueva Pdvsa

 

La recuperación de Pdvsa permitió reorientar el papel de la industria petrolera para poder garantizar la justa distribución de los recursos, provenientes de la comercialización del crudo, en planes de inversión en beneficio de los venezolanos.

 

De acuerdo a cifras oficiales, entre 2001 y 2014 esta empresa estatal aportó al desarrollo social de la nación una suma de 233.933 millones de dólares.

 

El pasado miércoles, el presidente de la República, Nicolás Maduro destacó que Pdvsa inició su período de transformación en 2002, para convertirse en una empresa socialista para proteger los intereses del pueblo.

 

«Pdvsa ha tenido varias etapas en la época de la Revolución, una primera proimperialista, de una cosa que llamaban ‘gente del petróleo’, la tecnocracia proimperialista, miamera, entreguista, apátrida, producto de la conspiración de esa burocracia lacaya, surgieron ustedes, vino el Golpe de Estado, el contragolpe, el sabotaje, el contrasabotaje, triunfó la patria, triunfó (Hugo) Chávez y surgió la Pdvsa roja rojita, patriótica, revolucionaria, la nueva Pdvsa al servicio del pueblo, al servicio de los pobres, a la patria, al a independencia económica», detalló.

 

El jefe de Estado aprobó el Plan Estratégico Socialista de Pdvsa 2016-2025 para impulsar un nuevo proceso de transformación que apunta a la optimización de las labores de la estatal, basado en los valores socialistas impulsados por la Revolución Bolivariana, mediante la acción protagónica de la clase obrera.

 

«Ha empezado una tercer etapa de transformación nacionalista, popular, revolucionaria, chavista y profundamente socialista en el contenido de eficiencia y la eficacia. Estamos preparados para una tercera etapa de Pdvsa que sea superior, una poderosa Pdvsa nacional e internacional», señaló.

 

(AVN)