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La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, cedió este viernes el poder al primer ministro Hwang Kyo-ahn, después de que el Parlamento de esta nación aprobara su destitución por su implicación en el escándalo de la «Rasputina».

 

La mandataria se disculpó ante los ciudadanos en un discurso televisado e instó a los ministros y al nuevo líder provisional del país a «hacer todo lo posible para minimizar los vacíos en el Gobierno, especialmente en los ámbitos de economía y seguridad».

 

Las declaraciones de Geun-hye se producen una hora después de que la Asamblea Nacional surcoreana aprobara por mayoría abrumadora el proceso de destitución de la jefa de Estado con 234 votos a favor y 56 en contra.

 

Tras esta decisión, el Tribunal Constitucional de Corea del Sur será el encargado de dar el veredicto final con el apoyo de al menos seis de sus nueve jueces, decisión que se puede prolongar por 180 días como máximo.

 

La destitución de Geun-hyese se produce luego del polémico escándalo por tráfico de influencias e injerencia indebida en los asuntos de Estado en el que se vio involucrada Choi Soon-sil, confidente de la presidenta cuyo vínculo entre ambas la llevó a ser reconocida como la «Rasputina coreana».

 

La jefa de Estado fue señalada por los fiscales como cómplice de su amiga Soon-sil, quien presuntamente creó una red para recaudar decenas de millones de dólares de importantes empresas del país, mediante la extorsión o cambio de favores, apropiándose de gran parte de estos fondos.

 

Dicho escándalo generó en las últimas semanas una fuerte ola de manifestaciones en las calles por parte de millones de surcoreanos, que exigían el cese de funciones de su presidenta.

 

(LaIguana.TV)

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