La filial española del banco venezolano Banesco, Abanca presentó este mes en Galicia, un robot humanoide que interactúa y atiende clientes.

 

El robot tiene capacidad para interactuar con los clientes y colaborar en la atención y las labores comerciales que ofrecen los empleados de la entidad, para lo que utiliza un software “100 por cien gallego”, publicó www.innovaticias.com

 

El robot tiene por nombre el ‘R4’, y fue fabricado en Japón pero su software ha sido desarrollado “desde cero” en Galicia. Así, está integrado con los sistemas del banco y, mientras interactúa con los usuarios, avisa cuando corresponde del turno para ser atendido. Actualmente habla castellano e inglés, pero ya se está programando en gallego.

 

Entre las funciones del R4 se encuentra informar de forma personalizada los turnos que le toca a cada cliente, sobre los productos financieros y también puede sacar ‘selfis’ e imprimirlos y bailar el conocido ‘Gangnam style’, reseña la fuente.

 

El objetivo de este robot, que habla, entiende y explica, es responder a preguntas y ayudar a los clientes, hacer más llevadero y reducir los tiempos de espera, generar empatía y mejorar la relación de los gestores con los clientes. En este marco, cuestionado sobre si puede amenazar el número de empleos, el director de Innovación de Abanca, Eduardo Aldao, aseguró que “viene a ayudar a hacer el trabajo, no a quitarlo”.

 

Este es un proyecto piloto que ya estuvo en Madrid –donde según Aldao, fue “la estrella de la fiesta”. El R4 arrancará una gira por distintas oficinas de Abanca para evaluar cómo es recibido por parte de los usuarios del banco.

 

Abanca es propiedad de Juan Carlos Escotet Rodríguez, el mismo dueño de banco Banesco.

 

En diciembre de 2013 Escotet compró en España un banco quebrado y que fue rescatado con fondos públicos por 9 mil millones de euros, publicó en marzo de 2015 http://la-tabla.blogspot.com

 

Sin embargo el grupo de Escotet lo compró por sólo 1 mil 3 millones de euros y en cómodas cuotas, es decir quedó debiendo 600 millones para pagarlos en 2018.

 

Y en sólo un año, o sea en 2014, se ganó 1 mi 157 millones de euros, lo que es equivalente a decir que recuperó la inversión. O más que eso, toda vez que aún no paga lo que le fiaron.

 

Según las cuentas de Abanca (que es la denominación que el venezolano le dio al extinto Novogalicia), los beneficios de 2014 casi duplican los contabilizados antes de impuestos, que son de 601 millones. La razón de esta situación es que se ha aplicado la normativa contable que permite diferir impuestos a través de los denominados créditos fiscales. Este instrumento son ahorros de impuestos que las entidades generan cuando tienen pérdidas y que pueden recuperar en el futuro, dice la nota del diario El País.

 

Si quiere lea otra vez para entender o déjeme tratar de explicarle. En una política impositiva un tanto curiosa todo indica que si su trabajo como banquero arroja pérdidas no sólo no debe pagar impuestos sino que el Estado se los comienza a deber a usted. Entonces como nuestro compatriota compró ese banco también son suyos los créditos fiscales causados por los anteriores operadores.

 

En febrero de 2015 el nombre de Escotet apareció en la famosa lista Falciani de clientes con cuentas secretas en el banco suizo HSBC, información que no circuló en os grandes medios venezolanos.

 

El diario El Confidencial informó que Escotet tenía 4,5 millones de dólares en el HSBC de Ginebra a título personal y otros 7 a nombre del banco. Eso lo indicaban los documentos de la lista Falciani desvelados por una investigación internacional coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y Le Monde, en la que participa El Confidencial en exclusiva para España, reseñó en aquella oportunidad http://la-tabla.blogspot.com.

 

(www.latabla.com)

cuadro-robot.jpg

sustento-robot.jpg