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La policía turca busca este domingo al hombre que mató a 39 personas, 15 de ellas extranjeras, al abrir fuego contra una famosa discoteca de Estambul, donde cientos de personas celebraban el Año Nuevo.

 

El atacante, que iba disfrazado de Papá Noel según medios turcos, disparó contra la multitud en el exclusivo club Reina, situado a orillas del Bósforo.

 

«Las operaciones de búsqueda del terrorista están todavía en curso. Espero que sea capturado rápidamente», declaró el ministro del Interior, Suleyman Soylu, que habló de «atentado terrorista».

 

Según él, los primeros elementos de la investigación revelan que el asaltante escondió el fusil que utilizó en la matanza bajo un abrigo y que luego abandonó el lugar con otra indumentaria.

 

Soylu también anunció que 20 de las víctimas ya habían sido identificadas. Entre ellas figuran 15 extranjeros y cinco turcos.

 

Además, otras 65 personas resultaron heridas, cuatro de ellas de gravedad, añadió.

 

Por el momento, las autoridades turcas no han precisado las nacionalidades de las víctimas extranjeras.

 

Fallecidos

 

Bélgica anunció por su parte que al menos un ciudadano belga se encontraba entre los fallecidos y París declaró que tres franceses estaban entre los heridos.

 

Israel también afirmó que una de sus ciudadanas resultó herida y otra permanecía desaparecida.

 

El atacante abrió fuego a las 01H15 del domingo (22H15 GMT del sábado) en el famoso club, donde 700 o 800 personas festejaban el Año Nuevo. Algunas de ellas se lanzaron a las gélidas aguas del Bósforo para escapar a las balas, según medios turcos.

 

En su primera reacción a la matanza, el presidente Recep Tayyip Erdogan afirmó el domingo que este atentado busca «destruir la moral del país y sembrar el caos tomando deliberadamente por blanco la paz de la nación y los civiles con estos ataques de odio».

 

Salvaje e implacable

 

Antes de entrar y de abrir fuego en este club nocturno el asaltante abatió a un policía y a un civil que se encontraban delante de la discoteca, precisó el gobernador de la ciudad, Vasip Sahin.

 

«Es un ataque terrorista», insistió Sahin en una rueda de prensa.

 

«De una forma salvaje e implacable, ametralló a la gente que simplemente había venido a celebrar el Año Nuevo», declaró el gobernador.

 

Las autoridades habían anunciado un despliegue de 17.000 policías en Estambul en el marco de los festejos del Año Nuevo. Además, precisaron que algunos policías irían disfrazados de Papá Noel para detectar la menor anomalía entre las multitudes.

Crimen cínico

«Es difícil imaginar un crimen más cínico que matar a civiles durante la celebración del Año Nuevo. Todos tenemos el deber de combatir con determinación las agresiones terroristas», dijo por su parte el presidente ruso Vladimir Putin en un mensaje de pésame a Erdogan.

 

Turquía ha sido objeto de varios ataques vinculados con la rebelión separatista del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) o atribuidos al grupo yihadista Estado Islámico (EI) que han golpeado especialmente Estambul y Ankara.

 

(Agencias)