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Se acabó la espera. La afición de las Águilas del Zulia dio una soberana muestra de apoyo en su nido para presenciar como su equipo lograba el pase a la final de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional por primera vez en 17 años.

 

Con una contundente cátedra de pitcheo, el equipo rapaz venció por la vía del blanqueo, y por la mínima diferencia, a Caribes de Anzoátegui en el quinto juego de la serie semifinal para conseguir el boleto a su primera instancia decisiva desde la campaña 1999-2000.

 

Una zafra después de terminar con el peor récord del campeonato, el Zulia logró ser uno de los equipos que batallarán por el trofeo que lleva el nombre de Lilia Silva de Machado, quien fue la fundadora de la divisa.

 

Ahora los marabinos se enfrentarán a los Cardenales de Lara, que también despacharon a los Tiburones de La Guaira en cinco juegos. Ambos equipos reeditarán el Clásico de Enero de 1984, el único antecedente de una final occidental en el circuito.

 

“Esto es un sentimiento indescriptible. Luego de lo que pasamos hace un año hoy estamos aquí celebrando el fruto de mucho trabajo, de muchas discusiones que nos permitieron armar un equipo de mucho talento”, indicó Luis Amaro, gerente general de las Águilas, quien festejó su cumpleaños con el boleto a la fiesta final.

 

El zurdo Carlos Hernández tomó el lugar en la rotación de Wilfredo Boscán para ser el factor determinante en el quinto desafío de la serie. El estadounidense lanzó siete entradas inmaculadas para encaminar a los suyos a una barrida en los tres encuentros disputados en el Estadio Luis Aparicio “El Grande”, que lució su mejor marco en años, con más de 20 mil fanáticos en las tribunas.

 

Con sus 88 envíos, Hernández maniató por completo a la recia toletería de la tribu.

 

“Hay que darle mucho crédito a la defensiva. Me sentía muy seguro sobre la lomita y ellos me facilitaron el trabajo. Fue un gran logro para todos y estoy muy orgulloso por lo que hemos conseguido”.

 

Una sola anotación le bastó a las Águilas para marcar diferencia en el juego más importante de la campaña. En el segundo episodio el dominicano Jordany Valdespin remolcó la única anotación ejecutando de manera perfecta un squeeze play que sirvió para que José Pirela pisara el home.

 

“Siempre confié en mis muchachos. Somos un equipo que batallamos hasta el final, que le sacamos provecho a cada detalle del juego, que buscamos la manera de ganar desde que pisamos el terreno”, comentó Lipso Nava, manager de los rapaces.

 

“Aún no hemos conseguido la meta, nos faltan cuatro juegos más. Sabemos que estamos preparados para afrontar lo que viene con mucha energía y con mucho optimismo”, agregó el estratega.

 

CARDENALES 2 TIBURONES 1

 

El centro del diamante del Estadio Universitario se tiñó de rojo, mientras que un pedazo de Barquisimeto parecía haberse instalado en la tribuna de la izquierda. Luego de que Hassan Pena sacara el noveno inning sin apuros, Cardenales de Lara saltó al terreno para celebrar el triunfo 2 por 1 sobre Tiburones de La Guaira, pero más que nada el festejo se debía al pase a la final de la temporada 2016-2017.

 

Los pájaros rojos perdieron el primer encuentro de la serie, pero luego ganaron cuatro seguidos para obtener el derecho de pelear el cetro de la LVBP contra Águilas del Zulia. Es el regreso del equipo a una instancia decisiva, fase que no pisaba desde la zafra 2012-2013, cuando cayó en siete careos contra Navegantes del Magallanes.

 

El segundo inning fue el inicio de la fiesta escarlata. A pesar del buen trabajo de Luke Irvine, abridor de los escualos, Luis Núñez conectó un sencillo para traer a la goma a Rangel Ravelo y estrenar la pizarra.

 

Los litoralenses nunca se entregaron. En el quinto igualaron con un hit de Heiker Meneses, pero los pájaros rojos tomaron la ventaja definitiva en el sexto, con imparable de Carlos Rivero, quien terminó el careo de 4-3.

 

“Estoy muy contento, todo el crédito se lo llevan los muchachos. Ha sido una postemporada competitiva, de hecho desde octubre guerreamos. La meta es una sola: quedar campeón”, dijo José “Chato” Yépez, gerente deportivo de los barquisimetanos. “Tenemos un equipo muy completo. Solo trabajamos fuerte y ahora tenemos a un club para el futuro”.

 

Juniel Querecuto, campocorto de los alados, era uno de los que más celebraba en el terreno. Ya estuvo en una final como refuerzo de Tigres de Aragua, pero será la primera vez que defienda los colores del equipo de sus amores.

 

“Estoy feliz por el trabajo que se ha hecho, no tengo palabras para explicar lo que siento”, expresó. “No hemos logrado el objetivo todavía, queremos ser campeones y eso será el premio final para nosotros”.

 

Todavía queda el análisis, pero el manager Luis Dorante está claro de lo que quiere: “Me gustaría reforzarme con un setup”, comentó. “En esta serie la clave fue el pitcheo y me gustaría mantener eso en la final”.

 

El ganador del compromiso resultó el zurdo Ángel Calero quien tuvo un relevo determinante en el quinto acto. Perdió Irvine, a pesar de trabajar 5.2 capítulos y aceptar dos anotaciones. Pena se apuntó su tercer salvado de la serie.

 

(Nota de Prensa)