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Aparentemente al presidente electo, Donald Trump solo le preocupa el costo económico de combatir el Calentamiento Global, ya que piensa quitar la mayoría de los fondos destinados a ello por el anterior gobierno, alegando que el Cambio Climático es un fraude.

 

De hecho, Trump se ha comprometido a poner fin a la participación estadounidense en el acuerdo climático de París, argumentando que la principal preocupación del gobierno estadounidense es la construcción de varios oleoductos, como el de Keystone XL Pipeline, así como la perforación, el fracking y el retorno al carbón, ya que considera estos proyectos como «una gran ganancia» para su pueblo.

 

Lo que más desalienta de sus declaraciones es que en realidad la mayor parte de los beneficios de estos planes irá al bolsillo de las corporaciones y las élites estadounidenses, no al pueblo estadounidense.

No hay un Cambio Climático

El actual presidente de uno de los países más poderosos del mundo, históricamente ha tenido muy poca consideración por el Medio Ambiente. Trump se ha referido al Cambio Climático en términos tales como: mentira, engaño o “cuento chino”.

 

En uno de sus numerosos tweets lo explicó muy claramente: «El concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos, con el fin de hacer la fabricación en EEUU no competitiva». Y si bien luego ha matizado sus palabras, sigue empeñado en negar la realidad climática mundial.

 

Dejando a un lado las excéntricas visiones de Trump, la gravedad del Cambio Climático global es tangible y palpable en todas partes del mundo, incluso dentro de las fronteras de los EEUU hay ciudades en grave peligro.

 

El peligro acecha en los EEUU

Un estudio realizado por Climate Central, que informa sobre el impacto del Cambio Climático, identificó 414 ciudades estadounidenses que se sumergirán en la oscuridad de la contaminación, sin importar qué acción climática se tome.

 

Este devastador pronóstico incluye algunos de los centros de población más condensados de los Estados Unidos, como Miami y Nueva Orleans y advierte que Nueva York y otras grandes ciudades van en el mismo camino.

 

Según el autor principal del estudio, Benjamin Strauss hay una gran cantidad de ciudades que podrían “salvarse” si se siguen las pautas actuales contra las emisiones, pero si el cambio, según amenaza Trump, es drástico se puede perder gran parte del patrimonio estadounidense y a las futuras generaciones solo les quedará caos y contaminación.

 

De conspiraciones y mentiras

Uno de los temas que más preocupa es que muchos medios de comunicación se alineado con Trump y están poniendo en tela de juicio la realidad, al punto de llegar a preguntarse: ¿si ha habido muertes de estadounidenses, por causa del Cambio Climático?

 

Las cifras son escalofriantes, aunque muchos las ignoren: hablamos de más de doscientas mil personas que han fallecido en 2015 de forma prematura y solo en los EEUU, ya que por ejemplo la contaminación, afecta en forma directa (intoxicaciones o enfermedades causadas por las PM, por ejemplo) o indirectamente, agravando otros males prexistentes.

 

Y estos números no incluyen los decesos que se han producido debido a condiciones climáticas intensificadas y anormales, directamente relacionadas con el Cambio Climático, como es el caso del congelamiento o los golpes de calor, que afectan a los sectores más vulnerables en cientos de ciudades en los EEUU.

 

La Ag. de Protec. Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) informó que, a partir de 2014, las emisiones de carbono de los Estados Unidos totalizaron la alarmante cifra de 6.870 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono.

La NASA contextualiza estos números, afirmando que: «un componente menor pero muy importante de la atmósfera, el dióxido de carbono se libera a través de procesos naturales como la respiración de los seres vivos y las erupciones volcánicas”.

 

Y agrega que: “el problema estriba en que las peores emisiones son generadas por las actividades humanas, como la deforestación y la quema de combustibles fósiles. Gracias a la acción antropogénica, la concentración atmosférica de CO2 ha aumentado en un tercio desde los comienzos de la Revolución Industrial».

 

Desde que comenzó la campaña en pos de la Casa Blanca, muchos medios se han hecho eco de las alusiones de Trump a la existencia de conspiraciones climáticas, que tienen por único fin perjudicar a los EEUU y tras su victoria electoral, las cosas parecen ir a peor, ya que la máxima hoy es: “estás con Trump o estás en su contra”, no hay términos medios.

 

Alerta nacional y mundial

La candidata del partido verde de EEUU, Jill Stein ha dicho que: «el Fracking no debería ser parte de nuestro futuro. No sobreviviremos a nuestra adicción a los combustibles fósiles. Necesitamos una transición real a las energías renovables y limpias, a un 100% para 2030”.

 

En cuanto a las propuestas de Trump advierte: «este plan acabará en un aumento del desempleo y la pobreza. Evitar la catástrofe climática, construir una economía sostenible y justa y reconocer la dignidad y los derechos humanos de todos en nuestra sociedad y en nuestro mundo es vital, porque el poder de crear un nuevo mundo no está en nuestras esperanzas, ni en nuestros sueños, está en nuestras manos».

 

El tiempo se agota y esta mentalidad egoísta y corporativa basada en los combustibles fósiles, en la marginalidad de los extranjeros y el súper proteccionismo, no sólo pone en juego el bienestar de los estadounidenses, sino también el del mundo entero y es algo que padeceremos tanto nosotros, como las generaciones venideras.

(Ecoportal.net)